«No callen, no acepten realidades que no les parezcan justas aunque no les afecten a ustedes directamente. Al fin del camino nos afectan a todo el país en mayor o menor grado.» María Dolores Fernós

Por Edwin Hernández Feijoó

Les vamos a dar un dato interesante, desde el 2007 los pensionados del retiro general, los maestros y los policías no han recibido ningún ajustes por el costo de la inflación. En los últimos 17 años no han recibido nada, absolutamente nada. Esto significa que al día de hoy, 2024, su pensión se ha reducido en un 34%. Para dar un ejemplo, si un pensionado se retiró con 1,000 dólares de pensión en 2007 , hoy en día necesitaría un ingreso de 1,513.00 dólares para poder comprar lo mismo que antes compraba con esos mil dólares.

No hay que ir a los números para entender la situación de esos 165 mil pensionados del gobierno, personas mayores, con su pensión fija y sin mayores ingresos. Con solo ir al supermercado nos damos cuenta lo mucho que han subido los precios. Sin contar con los aumentos de luz, agua, peajes, todo producto de la política equivocada de privatizaciones de los bienes públicos. La vida está cara, en aumento y a esos servidores públicos los han dejado atrás por los últimos 17 años.

En días pasados el Capítulo de Retirados de la Federación de Maestros, ha comenzado una campaña para cambiar esta situación. Están visitando a los legisladores para explicarle la situación crítica de los pensionados puertorriqueños. Han anunciado además que estarán planificado otras actividades para dar a conocer y exigir que el gobierno haga justicia con los pensionados puertorriqueños.

Entonces hacemos un llamado en primera instancia a todos los pensionados a salir a respaldar cualquier medida que le haga justicia. Pero, no solo ellos, sino a cada uno de nosotros, con nuestras voces y acciones, aunque no seamos pensionados podemos ayudar a corregir esta injusticia. Todos, conocemos un pensionado, un familiar, un amigo, pues a ser solidario con sus reclamos, haciendo todo lo que se pueda para dar justicia a nuestros hermanos y hermanas puertorriqueñas.