Luchas ambientales

Por Movimiento Ñin Negrón

La semana pasada unos puertorriqueños y puertorriqueñas fueron a la Parguera para denunciar la construcción ilegal de viviendas en una zona protegida de Puerto Rico. La administración colonia en vez de protegerlos y asistirlos envió la fuerza de choque de la policía, unidad que solo sirve para utilizar la violencia y abusar de los ciudadanos, para agredirlos y arrestarlos.   Denunciamos a la administración colonial por reprimir a estos hermanos y hermanas que luchan por proteger nuestros recursos costeros de la Parguera y Aguadilla.   La decisión de una jueza de tercera categoría de encontrar causa contra los compañeros y compañeras e imponer excesivas fianzas, tiene que ser condenada y es inaceptable.  No solo las cortes abusan, sino que intentan amedrentar al pueblo para que no luche.

Es un ejemplo más de que la colonia es la corrupción, de que la justicia no existe dentro de una ocupación ilegal, donde se persigue a quienes defienden nuestros recursos naturales.

Ahora es importante señalar que las luchas ambientales en Puerto Rico en general y las luchas en defensa de los recursos costeros en específico no son nuevas.  Como nos afirmó Carmen Concepción*: “el movimiento ambiental en Puerto Rico, se inició bien temprano, y ha sido distintivamente político desde sus comienzos, 20 años antes que en muchas otras naciones; emergió en Puerto Rico, en respuesta al propuesto proyecto de minería de cobre en la mitad de los 1960’s, galvanizó varias fuerzas inscribiendo las preocupaciones ambientales en la agenda política.”  Otro ejemplo de las raíces de las luchas ambientales en nuestra nación, es un manifiesto ambiental, que fue publicado en el San Juan Star, denunciando, entre otros temas, contaminación de agua y aire, extracción de arena costeras, deforestación, transportación y proyectos turísticos.  Y en relación a la defensa de las Playas, desde el 1960’s en la iniciativa las Playas son del Pueblo, liderado por el MPI, que bloquearon construcciones y denunciaron la ocupación de los haberes del Pueblo y la iniciativa de privatizar nuestros recursos costeros y negar el acceso del pueblo a un bien público.[1]

Una de las aristas que preocupa en las narrativas en los eventos de las luchas ambientales son los llamados a que “los federales intervengan.”  La historia es clara: las instituciones gubernamentales extranjeras son responsables directos de la destrucción ambiental en nuestra nación, y pensar y más, pedir que esas mismas instituciones vengan a resolver la problemática ambiental en nuestra nación, de la cual ellos son los principales perpetradores, es una muestra de desconocimiento o de puro cinismo colonial. Porque el Cuerpo de Ingenieros, la EPA y otras instituciones de los invasores estadounidenses, están aquí para validar y legitimar el régimen económico-colonial que perjudica nuestro país y nuestros recursos naturales-ambientales-ecológicos.

Ante esta violencia ambiental, la nación boricua, las comunidades tienen una rica historia de lucha. Esa historia ha sido fundamental en defender, proteger, el derecho natural de que solo los puertorriqueños somos los custodios de nuestros recursos ecológicos-ambientales. Y a pesar de las instituciones federales, las comunidades han tenido infinidad de victorias, de acciones que resultaron en la protección del ambiente de Nuestra Nación.  Esta es una historia que hay que documentar aún más. Sobre todo, recordar e internalizar, cuando hoy enfrentamos una ola de desplazar y colonización ambiental, alimentada y facilitada por un chorro de fondos de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), que responden a grupos y visiones ambientales imperialistas, que intentan esconder el culpable real, el régimen colonial. Utilizando el argumento de que la lucha ambiental no es política, urgen a esconder el imperio y la colonia, cuando la raíz fundamental del desastre ambiental en Puerto Rico es precisamente el modelo económico de extracción y explotación de recursos naturales, inherente a la colonia, y las políticas imperiales de los Estados Unidos.

Las luchas comunitarias en general y las ambientales en específico, han sido continuas y constantes en la historia de resistencia de nuestra nación.  Y estas luchas son necesarias, y deben apoyarse y fortalecerse, pero tienen que ir a la raíz.

Por lo tanto, quienes tienen como campo de lucha causas ambientales, tienen la responsabilidad de analizar y avanzar la visión liberadora y transformadora en defensa de las comunidades y su ecología-ambiental.  Tienen el deber de propiciar el entendimiento de la necesidad de luchar no solo por la salud ambiental-ecológica de la comunidad, sino de luchar por la independencia nacional.

Porque de la misma manera que es imposible poder crear una economía sustentable sin poderes.  Así mismo, la liberación ecológica-ambiental solo puede ser efectivamente implementada desde el ejercicio de los poderes políticos soberanos, estos solo se pueden ejercer desde la Independencia.


[1] Los orígenes del activismo ambiental moderno en Puerto Rico en 1960. Dra. Carmen M. Concepción. 


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