Es fundamental  ir a la raíz en las luchas que asumimos en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras ante la ofensiva capitalista-neoliberal que se desata contra los puertorriqueños.

Esta radicalización tiene que darse en las tácticas y las estrategias que tomemos.  Hay que levantar la lucha y ampliar el radio de  gente que lucha, esa  masa crítica necesaria para implementar acciones verdaderamente transformativas.

Cada  acción que ejecutamos debe tener una visión amplia, evitando  reducir  la lucha a solo un sector.  Por ejemplo, en defensa de la pensiones.  Los recortes a las pensiones no solo son un ataque a los derechos adquiridos de los pensionados.   La injusta acción de reducir las mismas, es parte de una ofensiva contra todos los trabajadores y trabajadoras.  Es la acción de una clase empresarial capitalista que quiere imponer su visión de esclavitud asalariada,  sin ninguna clase de seguridad económica-social para los trabajadores.

Reducir las pensiones, es parte de la misma agenda para: eliminar el retiro; privatizar el seguro social; privatizar la educación pública; privatizar la producción de energía, entregar las tierras agrícolas a la agroindustria; privatizar las costas; privatizar las vías públicas, negarle un aumento del salario mínimo a los trabajadores, sea del sector privado o público.

Es contra esa clase capitalista, la junta, la administración colonial  y su visión de empobrecimiento para los trabajadores  y enriquecimiento para ellos, que tenemos que enfilar la lucha.  Es necesario unirnos  en una agenda en defensa de  todos los trabajadores y trabajadoras, sea del sector privado o público.  Exigir se garantice un salario justo, un retiro justo, que permita tengan una vida digna.  Es fundamental unirnos y radicalizar la lucha,  defendiendo los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras, a un trabajo que les permita proveer a ellos y su familias, vivienda adecuada, educación adecuada, acceso a servicios de salud adecuados, acceso al entretenimiento y actividades culturales, en fin crear una sociedad que provea lo esencial al pueblo para una vida productiva y digna.

Y hay la riqueza para hacerlo.   Lo que pasa es que parte de la agenda de este mismo sistema es el robo de esa riqueza que genera los trabajadores y trabajadoras de Puerto Rico.   Para  el 1930 el congresista Vito Marcantonio comisionó un estudio que especificaba que desde el 1898 hasta el 1930 los Estados Unidos había sacado 400 mil millones.

La riqueza generada por los puertorriqueños siga yendo a parar a manos de corporaciones extranjeras.  Se ha estimado que a la luz de hoy, al menos la economía de los EEUU ha extraído al menos un trillón de dólares de riqueza generada por los trabajadores y trabajadoras boricuas.  Esa riqueza ha generado desarrollo económico fuera de la nación boricua y hay que detenerlo.  Por eso la lucha tiene que ampliarse más  allá de lo sectorial a todos  los derechos,  a un trabajo digno y a un retiro digno para todas y todos.

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