“Tu crees que nos chupamos el dedo”

Es imposible que alguien que tenga dignidad, vergüenza y que no sea mezquino,  pueda afirmar, ya sea por palabras,  o con actos que Puerto Rico no es una colonia.  La realidad es que hace rato se sabe que el “rey está desnudo.”  Sin embargo en su afán de ser fiel a su lealtad a quienes imponen un régimen de explotación económica en Puerto Rico, el administrador de turno, Ricardo Rosselló, junto a su legislatura y sus expertos en el saqueo de fondos públicos, quieren hacernos creer, que “negocian” o confrontan a la junta de pagaduría imperial.

Retando la realidad, buscando crear un ambiente de distracción y el espejismo de un enfrentamiento inexistente, porque ambas partes creen en las medidas neoliberales, que están concretadas en el plan fiscal; quieren hacernos  creer que retan la situación colonial.  Nada más lejos de la realidad.  Esta administración colonial, como la de sus hermanos siameses del PPD, son serviles criados de la agenda de empobrecimiento  y despojo de la riqueza generada por nuestras trabajadoras y nuestros trabajadores.

Esta misma administración es la que aprobó una deforma laboral; esta administración es la que completó la privatización del sistema de pensiones; esta administración es la que empuja la privatización y venta de los terrenos agrícolas, las aguas, los mares, los bosques, los recursos naturales del país.  Esta administración es la que está privatizando la educación pública.   Y montan el show del enfrentamiento porque es la única manera de que pueden justificar el que sigan chupando en sus puestazos de los impuestos que pagamos día a día en nuestra nación.

No puede haber negociación cuando hay una desigualdad en el poder jurídico-legal; si la junta tiene más poderes jurídicos-legales que la administración colonial, ¿cómo puede haber negociación? En la colonia no hay negociación, hay imposición, persecución, opresión, violencia y destrucción.

El  poder de la verdadera confrontación, es la calle;  la no cooperación ni con la administración colonial, ni con sus cómplices de las megatiendas, corporaciones y la banca comercial.  Hay que masificar la no cooperación y la resistencia y reafirmar las acciones colectivas comunitarias de autogestión que existían y existen en el DNA cultural de nuestra nación, a lo largo de la historia.  No hay otra vía que reencontrarnos con esa mentalidad de pueblo comunitaria que nos caracterizó antes de la ola del espejismo de la “modernización” que tanta vida y dolor ha causado.

Y le decimos a estos cómplices de la explotación y el coloniaje que no nos chupamos el dedo y que los vamos a derrocar y que no nos engañan con su obra teatral de segunda. Caminamos a la lucha y la creación de una Nación Libre y Soberana, bajo la independencia.

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