“¿Cómo puedes tener una guerra contra el terrorismo cuando la guerra en sí misma es
terrorismo?” ― Howard Zinn
Por Reynaldo Morales

Al momento de escribir estas líneas no se ha concretado la agresión cínica e
injustificada y sin mediar provocación, contra Venezuela por parte del imperio
estadounidense. Son momentos de tensión preocupantes para los venezolanos y toda
América Latina. El gobierno de los Estados Unidos se define por la violencia como su
mejor argumento para conseguir, lo que, por la razón o la diplomacia, saben que no
pueden conseguir. Después de agotar los métodos de guerra híbrida se inclinan por el
terror desnudo de sus armas.
Hacen alarde de su capacidad destructiva y se ensañan contra pequeñas naves
indefensas causándole la muerte a sobre 70 personas en aguas internacionales. Como
si se tratara de un rito bárbaro hacen despliegue de su crueldad proclamando su
invencibilidad a todo pulmón y se definen como los señores de la guerra. Tienen
capacidad para infligir grave daño a Venezuela, no por sus propios motivos sino como
desagravio al gobierno genocida de Israel, según el Coronel Lawrence Wilkerson ex
asistente del Srio de Defensa Colin Powell, porque no toleran las críticas del gobierno
venezolano. Es que resulta casi risible el invento del Cartel de los Soles como excusa,
tanto para medios internacionales como para un buen número formadores de opinión
importantes en Estados Unidos como el periodista Tucker Carlson. Claro, en Puerto
Rico los grandes medios responden casi religiosamente a los designios del
Departamento de La Guerra como si les pagaran.
Es de lamentar la actitud pusilánime de muchos aquí que se dicen ser de izquierda,
progresistas y hasta independentistas que repiten como papagayos las mentiras de la
propaganda del departamento de guerra de los Estados Unidos. Hubo quien dijo por
Radio Universidad dijo que “para él Maduro es un dictador que se robó las elecciones” y yo
lo escuché (no he vuelto a sintonizar el programa para no dejar de escuchar la
estación). Según él abogado independentista, aún así, él no aprueba que se invada a
Venezuela, pero esa defensa es peor que la de Pilatos. Pero me temo que él no es el
único que le ha dado el visto bueno a esa agresión. Olvidando que, como dijo Howard
Zinn, “Históricamente, las cosas más terribles —guerra, genocidio y esclavitud— no
han resultado de la desobediencia, sino de la obediencia.”
Dejando de lado las insignificantes torpezas de algunos, es claro que para los
puertorriqueños es anatema la agresión de un manganzón a un pequeñín, es decir, el
abuso. Al que comete un abuso le decimos que se meta con uno de su tamaño. Ni en la prisión quieren a los abusadores. No importa la excusa y mucho menos si ese de
quien se abusa también, sueña, quiere, reza, ama, hiere o maldice en nuestro idioma.
Meterse con uno de los nuestros es meterse con todos. Ellos saben que la tercera
minoría en Estados Unidos son los latinos y no les ha ido bien últimamente con los
abusos a ese sector. No creo que vayan a regalar esos votos.
Contra Venezuela se ha tratado de utilizar todo tipo de armas de guerra híbrida, desde
bloqueos económicos, ataques a la moneda, confiscación de bienes en el exterior,
secuestro de diplomáticos, asesinatos políticos, chantaje, ataques a la infraestructura,
intervención descarada en sus procesos electorales, financiamiento ilícito de la
oposición, ataques y planificación de actos terroristas. Todo lo cual los gobiernos
chavistas los han derrotado una y otra vez, en las urnas y en las calles. La oposición en
Venezuela, distinta de la oposición rentada en el exterior, en su inmensa mayoría está
en contra de la agresión imperial y defiende el voto como mecanismo de zanjar las
diferencias políticas. No sirve ni adelanta a sus causas las intentonas golpistas y
terroristas de la oposición delincuente en el exilio. Ni la oposición (más de veinte
partidos) dentro de Venezuela los quiere y hasta los desprecian.
Bloquear, saquear, vandalizar y aterrorizar no son ya instrumentos útiles a los partidos
de oposición de Venezuela que participaron y reconocieron como vencedor al Partido
Socialista Unido de Venezuela en las pasadas elecciones presidenciales. La inmensa
mayoría de ellos (exceptuando al eje de la premio “Nobel de la Paz” María Corina
Machado y su testaferro Edmundo González) participó del proceso judicial que
interpuso el presidente electo y la mayoría de ellos, con la consabida excepción de la
nobel Machado, entregaron su material de actas y se enfrentaron mediante un
proceso abierto al público de todas las incidencias, con la acumulación de prueba
presentada por las partes y aceptaron el veredicto donde se destacó que quien
presentó todas sus actas fue el partido ganador y que coincidieron con los resultados
publicados por el CNE (Comisión Nacional Electoral). No hay otro organismo legal que
haya certificado, dentro o fuera de Venezuela, un resultado distinto. Así también lo
constata el exdiputado español Pablo Echenique, que demostró y publicó, que esas
actas de María Corina eran y son falsas.
Los Estados Unidos llegan hasta el cinismo de ser ellos y sus socios imperialistas
europeos, los que deciden qué elecciones son válidas o no, en los países que eran sus
antiguas colonias o neocolonias. Ellos las califican y hasta deciden a quién reconocer
como presidente. Además, llegan hasta colmo de entregarles, a esos gobiernos
ficticios, el manejo de los haberes confiscados para que estos los entreguen a la clase
empresarial extranjera a pesar de no ser las autoridades legítimas de ese país. Es
precisamente el caso con las refinerías CITGO de Venezuela en Estados Unidos. Se
las embargaron a Venezuela y se repartieron el botín junto con el gobierno del exilio.
Ahora, necesitan ponerlas a producir, pero están diseñadas para trabajar con petróleo
venezolano. De ahí la resistencia a negociar con el presidente venezolano.
Inclusive, están alentando protestas de colores en México, contra el gobierno de la
presidenta Claudia Sheinbaum, siguiendo el mismo libreto de las revoluciones de
colores dirigidas desde afuera. Empiezan con disque protestas pacíficas y terminan con
asalto y vandalismo a edificios y a los agentes que los protegen con escudos. Es que
tanto Claudia como AMLO han dado pasos muy firmes en defensa de la soberanía
Mexicana y en defensa de los más pobres. Ahí está el caso de Salinas Pliego, y ese
poderoso grupo empresarial por deuda de impuestos. Los del norte no le perdonan que
tenga una política que ha llevado a México en los últimos años a alcanzar niveles de
crecimiento económico que lo sitúan entre las primeras diez economías del mundo en
varios renglones.
De modo que impulsar la nueva doctrina Monroe huele a arrogancia y agresiones. Esta
no es una nueva política proteccionista ni se trata de un modelo menos ofensivo de
parte de Estados Unidos. Pero enfrenta derrotas y resistencia cada vez más abiertas
hasta de países que le han sido muy “leales”. Los Estados Unidos quieren darle a
conocer a los BRICS y principalmente a Rusia y a China, que América Latina es
mercado exclusivo de su propiedad, que son gobiernos manumisos que tienen la
apariencia de ser naciones libres nada más y por eso la demostración contra
Venezuela puede que no sea meramente un show.
En casi todas las aventuras del ciego Donald (¡oh Magoo!) me recuerdan la
picaresca española porque todos sus Lazarillos resultan ser unos pícaros. Decía el
Profesor Michael Hudson que el emperador Calígula, en su arrogancia, nombró
senador a su caballo y Donald nombró una cuadra completa. Por eso pienso
que en su maldad no parecen medir bien las consecuencias de sus actos y pueden
dañar a Venezuela, pero de paso también estropear sus propios planes y su
reputación. Pero que le importa a un rey desnudo lo que diga un idiota.
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