Carlos Rafael Alicea Negrón
“El mito de la nación de inmigrantes borra el hecho de que los Estados Unidos se fundó como
una nación de colonizadores e invasores desde sus inicios y pasó cientos de años en guerra contra las naciones nativas para conquistar el continente. continente. La narrativa de la nación de inmigrantes también excluye la historia de los africanos esclavizados, que fueron arrastrados encadenados miles de kilómetros de sus aldeas y campos, desnudos y sin pertenencias, y a los que se negó por la fuerza no sólo su libertad, sino también sus lenguas, costumbres, historias, tradiciones y nacionalidades. Es crucial reconocer que, cuándo y cómo comenzó la «inmigración» como tal, se basaba en un racismo abierto, y una política de exclusión, y nunca ha perdido esa característica. Aunque los ataques a los inmigrantes no son nada nuevo, y desde hace tiempo se dirige contra los mexicanos, se ha convertido en un problema más cristalizado a finales del siglo XX y se aceleró a principios del XXI, contra mexicanos, asiáticos y árabes musulmanes.”
Roxane Dumbar -Ortiz

En el análisis de la violencia burda, brutal y opresora de la administración imperial de Donald Trump contra los inmigrantes en, nuestra nación invadida y ocupada, hay que claramente señalar y afirmar que la raíz causal de sufrir las consecuencias de esa represión es el que somos una colonia de los Estados Unidos. Si no queremos que esa visión retrógrada y supremacista blanca, qué esa saña malsana impacte a quienes viven en nuestra nación y no son nacionales puertorriqueños, es fundamental y necesario acabar con la colonia, y ejercer plenamente los poderes soberanos-políticos usurpados a nuestra nación. Solo así podremos construir e implementar una
política migratoria basada en los derechos humanos, la reciprocidad, la justicia y la dignidad de todas y todos.
El problema no es Ice, como ya algunos sectores pregonan, montándose en la narrativa extranjera estadounidense. La solidaridad de nuestras luchas no puede dar margen al calco y copia de las narrativas que provienen del país invasor por más progresistas que sean. Hay que ser radicales y siempre hablar con claridad, el problema con la violencia de ICE, y de todas las instituciones del imperio en nuestra nación, desde la guardia costanera hasta el servicio postal, es la colonia, es la invasión y ocupación de nuestra nación.
Como la historiadora Roxane Dumbar-Ortiz nos ilustra, las políticas de inmigración
estadounidense siempre han estado arraigadas en la supremacía blanca, en una falsa mitología de aceptabilidad y bienvenida a los “inmigrantes”. Desde leyes aprobadas y validadas judicialmente por el tribunal supremo estadounidense, tales como la Ley de Remoción de Indios, y la Ley Page y la Ley de Exclusión de Chinos, que negaba la entrada a los EUA de Chinos y japones, en el siglo XIX, hasta las leyes de inmigración inspiradas por la Ley 187 en California, que atacaba directamente a los inmigrantes mexicanos y que llevó a la aprobación de leyes de inmigración federal y de reforma del estado benefactor, la política migratoria de los EUA ha sido siempre supremacista blanca y racista.
Sí, hay que denunciar la xenofobia estadounidense tan burdamente expresada e
implementada por la administración imperial actual, pero no debe haber sorpresa, esa ideología racista es inherentemente natural al DNA cultural-nacional estadounidense. Y se aplica a nuestra nación también, porque es la misma ideología que se usa para justificar la colonia, su violencia sistemática económica, política y cultural sobre nuestro pueblo.
Otra dimensión que se pierde en toda esta denuncia contra las acciones del imperio en la arena de inmigración es la narrativa de que se ataca a una comunidad que “vino a echar aquí adelante, a trabajar, a sostener la economía y que hacen el trabajo que los boricuas no quieren hacer.” Me parece uno de los argumentos más racistas e imperialistas que he escuchado. Los inmigrantes son expulsados y obligados a irse de sus naciones a desarraigarse de sus comunidades por las condiciones de explotación económica -imperial en sus lugares de origen y que son causadas e implementados por los mismos Estados Unidos que á su vez, los “recibe” y sufren las
condiciones de explotación y opresión sistemática en condiciones de empleo dónde están sujetos a la violencia patronal capitalista, y como “no tienen documentos”, sujetos a discrimen , violencia y al miedo de ser denunciados, de ser arrestados, de ser deportados. Una verdadera oposición a las políticas de Estados Unidos migratorias, tienen que ser antiimperialistas y anticapitalistas, no dar margen a un sistema económico global que le niega a las naciones en complementariedad e integración poder alcanzar su potencial económico, y de esa manera no se vean los ciudadanos nacionales a tener que buscar una “mejor vida” rompiendo sus lazos comunitarios y colectivos. Y los que argumentan sobre los trabajos que los boricuas no quieren hacer, que validan la narrativa colonial de que los boricuas somos vagos e incapaces, ¿ no se han puesto a pensar que esos boricuas exigen pago justo por trabajo arduo y siguiendo el espejismo que promueve el “sueño americano” emigran como históricamente ha ocurrido buscando una mejor vida desarraigándose de su nación, colectivo y comunidades? Es que el calco y copia colonial y las narrativas progres son una cosa mala,
Sí, hay que denunciar la violencia brutal, supremacista blanca y militar estadounidense en su política migratoria pero esa denuncia y acción tiene que ser radical. Hay que crear espacios para proteger y apoyar a quienes hoy son objeto (no tarjeta coño) del racismo estadounidense, pero también hay que claramente y con precisión decir que esto ocurre por que somos una colonia, que la ocupación ilegal gri -nga impone esas acciones draconianas contra los migrantes de otras nacionalidades no boricuas y las condiciones de opresión económica y política que operan también en la implementación de una política de sustitución poblacional que hace que miles de nuestros nacionales boricuas tengan que emigrar fuera de su nación. Así que no es ICE (lo mismo que no es la Junta): es la colonia, es el imperio, es el capitalismo y la lucha tiene que ser por la Independencia Nacional.
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