Por Movimiento Ñin Negrón

En México, existió un dictador llamado Porfirio Díaz, se mantuvo en el poder por 33 años. Era una dictadura “democrática”, porque permitía elecciones, en las que siempre ganaba Porfirio Díaz, con el 90% de los votos. En otras ocasiones ganaba algún alcahuete que el nombraba, pero siempre él con el poder. En una ocasión le preguntaron cómo hacía para siempre ganar y contestó, “El que cuenta los votos gana,” y él siempre los contaba.

Parece ser que el PNP estudió bien a Don Porfirio y en las últimas tres elecciones ha puesto en práctica. Lo hicieron con las reformas electorales, donde cada vez más el control y decisiones está en sus manos. No lo hicieron solos, el PPD también participó, teniendo la esperanza de en algún momento volver a tener el control.

Ambos, lo hacen para poder mantener el guiso de ser intermediarios de Estados Unidos que es el poder real. Le importa la llamada democracia colonial, no hombre, le importa el votante, la gente, absolutamente no.

Dentro de esa reforma establecieron unas nuevas formas de votar, el voto adelantado, el voto por correo, el voto a domicilio, y en sí no hay nada malo en ellos, pero en su implementación es que está el detalle, es donde ocurre el fraude.

Vamos a dar un ejemplo, el voto por correo, para poder hacerlo usted debía ser mayor de 60 años, tener impedimentos o tener algún problema para ir al colegio de votación. El proceso es sencillo, solicitaba el voto, recibía un sobre y dentro estaban dos sobres adicionales, las papeletas y las instrucciones. Las instrucciones decían que después de votar colocaba las papeletas en un sobre blanco, lo cerraba bien, este iba en el otro sobre y aquí también incluía una copia de su tarjeta electoral, licencia o pasaporte para confirmar que usted era mayor de 60 años y cumplía los requisitos y la ley.

Aquí fue donde el PNP se puso creativo, envió cientos de papeletas de todos los pueblos sin la copia de identificación o sea no había forma de saber quién había votado, podía ser cualquiera, hasta Aníbal Vega Borges en una oficina en San Juan. No hay forma de saber quién lo hizo. Así llegaron cientos.

Y entre los cientos llegaron a San Juan, en tres de los precintos el pnp estaba perdiendo, con Eva Prado, Adriana Gutierrez y Joel Vázquez, pero llegaron esos cientos de votos por correo sin identificación. Lo legal, lo racional era que sí no cumplía con la ley no se contaron, pero la presidenta de la Comisión Estatal de Elecciones, nombrada por el PNP decidió que sí, que tenían que contarlas. Hasta el momento esos votos han decidido no solo los precintos de San Juan sino otras candidaturas en todo Puerto Rico.

En los años 90, un fiscal de la corte federal impuesta, Gil Bonar dijo al preguntársele sobre la corrupción, “en Puerto Rico la corrupción tiene nombre y apellido, se llama Partido Nuevo Progresistas.” El PNP nunca ha dejado ser lo que es, corrupto y fraudulento. Y ahora, en las elecciones han impuesto la máxima de Porfirio Díaz, “el que cuenta los votos gana”.