Por Movimiento Ñin Negrón

“Así en Lares afloran, de una vez y en su mejor forma, voluntad y mentalidad nacionales.
Aquella voluntad que sacude a Guilarte, y hace nacer una República, para crear, destruye;
aquella inteligencia que afirma todo un futuro, también niega. Antes de Lares es decir, desde la derrota taína en Yaguecas hasta el Grito de Pezuela ha habido levantamientos en Borinquen: alzadas de indios, revueltas de esclavos, motines militares, tentativas separatistas. “No hay una página en la historia de Borinquen” -escribirá Hostos- “en donde la libertad no protesta contra nuestra vida de colonos”. Todas ellas se dan cita en Lares. Lares es, pues, una síntesis.”
Juan Antonio Corretjer

Este mes conmemoramos desde la militancia y la esperanza esa gesta libertaria que todo boricua conoce como El Grito De Lares. Un 23 de septiembre del 1868, la nación puertorriqueña proclamó al mundo esa evolución natural de los pueblos, que a pesar de la represión y opresión española no podría nunca detener la definición clara de ser una nación que aspira y concreta su independencia política que es el derecho inalienable e irrenunciable de toda nación, su independencia nacional.

Esa acción, desde la consagración de la lucha armada como herramienta de creación,
afirmó contundentemente que Puerto Rico es una nación. Que somos una nación y esa afirmación irrevocable, con la proclamación de la República de Puerto Rico, con el nombramiento de nuestro Presidente, Francisco Ramírez Medina y la proclamación de una guía clara de lo que sería la nueva nación borinqueña al alcanzar su libertad del coloniaje español. Una nación con una agenda de lo que hoy se llama justicia social, una nación libre donde cada ser humano sería reconocido como un ser digno y libre.  Ese día se definió claramente que éramos puertorriqueños y puertorriqueñas para todo el mundo.  Ahí nació el orgullo de sentir y ser boricua.

Hay que afirmarlo claramente siempre, es nuestra naturaleza, los boricuas que defendemos y luchamos por la independencia nacional estamos guiado por el firme compromiso, por el inquebrantable compromiso de construir una nación libre donde cada uno de nuestros hermanos y hermanas boricuas se les garantice los derechos humanos esenciales básicos. Y en Lares esa agenda se concreta en los Diez mandamientos de los hombres libres. Esa esencia de dignidad, de libertad verdadera es recogida en ese pronunciamiento fundamental como propuesta guía que iluminaría el sendero de acción de la recién constituida República de Puerto Rico. Y es que el genio y la visión de Ramón Emeterio Betances, se plasmó claramente en ese pronunciamiento libertario del Grito de Lares. Lares estableció el programa el compromiso de hacer posible la justicia social, que  el pueblo, pueda alcanzar su potencialidad como seres humanos contribuyendo a la creación de una nación digna, justa y libre para todas y todos.

Así que en esta conmemoración de la gesta de Lares, a quien Don Pedro Albizu Campos, llamó el Altar de la Patria, debemos y tenemos la responsabilidad de asumir el compromiso de liberación que cristalizó nuestra nación en Lares. El mismo compromiso que asumieron los hermanos y hermanas del Partido Nacionalista, y que se concretó con la revolución nacionalista del 1950; el mismo compromiso que asumieron nuestros hermanos y hermanos de los múltiples grupos de lucha armada clandestinos, aquí el archipiélago borincano y en los Estados Unidos; el mismo compromiso que miles de boricuas aquí y en el exilio asumen constantemente para enfrentar y luchar contra el colonialismo, contra el imperialismo y por la independencia nacional. Porque la independencia nacional concreta, es la culminación política de esa nacionalidad que en Lares lanzó su pregón preciso y claro de que somos una nación. Plasmó la independencia nacional como objetivo que nos da la posibilidad de ejercer los poderes políticos que nos permitirán implementar esa agenda de justicia social-económica-política que redundará en una nación verdaderamente libre y digna.

Por ello, conmemoramos el Grito de Lares, donde la energía militante, luchadora  cristaliza y reafirma nuestros derechos a ser una nación libre y a ejercer el derecho inalienable e irrenunciable natural de un pueblo, de una nación.  Lares sentó las bases principales de lo que somos, estableció y reafirmó nuestra nacionalidad, estableció el proyecto de país a la cuál aspiramos basado  en la justicia social y democracia participativa y estableció la fecha de nuestra independencia, el 23 de septiembre, en ese momento, y mantendrá su vigencia cuando nuestro pueblo la concrete más temprano que tarde.

¡Viva El Grito de Lares!  ¡Viva el 23 de septiembre!  ¡Viva el pueblo puertorriqueño!