Por Reynaldo Morales

La dinámica de la guerra es mundial y pasa por diferentes fronteras y
regiones. Llámese fría, sucia, híbrida o polifacética, que hoy enfrenta al Sur
global (BRICS + Organización para la Cooperación De Shanghái y las
naciones emergentes del África, América latina y Eurasia) contra el Norte
global (Unión Europea, NATO Canadá, Australia y Japón). Es una guerra
que va de los enfrentamientos en el campo de batalla tradicional a lo
cibernético pasando por lo económico. Es la gran guerra por la
descolonización final y efectiva contra el imperialismo y la dominación de
los viejos imperios.

El fascismo es motor de la ofensiva del norte global. Se apoya en su líder
formidable, el régimen de Estados Unidos. No hay mucho espacio para ver
de cerca el acontecer diario sin matices de los intereses envueltos. No hay
lugar para tibios o neutrales. Se debe decir que los medios informativos
tradicionales no son otra cosa que instrumentos de propaganda. El campo
de las redes sociales con sus plataformas para usuarios es escenario de
enfrentamientos y arma preferida del gobierno de Estados Unidos.
Dominan, como Señor Feudal el territorio más amplio del norte global en
occidente, con Meta (FB, WhatsApp e Instagram), la X (antes Twitter),
Amazon y YouTube. Junto a las “sanciones” impuestas, gracias al dominio
del dólar, las agresiones al pueblo de Venezuela se llevan a cabo con la
aprobación de las masas penetradas por estas grandes aplicaciones en la
redes.

Los Estados Unidos no admiten competencia y vean lo que le sucedió a Tit Tok y
ahora a Telegram. El Congreso estadounidense prohíbe el Tit Tok si no
pasa a manos de inversionistas americanos. Está detrás de las
acusaciones a Pavel Durov de Telegram en Francia como estuvo en el
caso de Julian Assange. Para ellos la tan elogiada libertad de prensa
choca con lo que a ellos le ha dado por llamar desinformación y persigue a
todos los que tienen la osadía de opinar distinto de la verdad instalada en
los asuntos de guerra de medio oriente, el mar negro o Venezuela. La
última víctima es el gobierno Mexicano que ha necesitado suspender las relaciones diplomáticas por lo que son las habituales intromisiones de sus
embajadores en los asuntos domésticos de otro país soberano. Han
llegado a exigir que se aprueben o deroguen leyes que a ellos no les gustan
como las de prohibir organizaciones financiadas por su gobierno a través
de agencias que promueven sus valores e intereses.

Instalan sus discursos o sus verdades y reclutan fotutos en todos los
lugares del planeta para repetir sus versiones de lo que pasa en donde sea
que ellos deseen instalar su versión de los hechos. Usan mucho a los
tibios (con o sin sotana), a los neutrales y los supuestamente apolíticos
(pero metidos en política). Tómese por ejemplo el caso de Venezuela. Allí
nunca se han publicado actas de votaciones. Solo resultados por mesa.
Los participantes obtienen a través de sus testigos de mesa copia de las
actas que ellos certificaron como correctas al momento de conteo y cuadre
de los resultados. Si hay discrepancias deben acudir al foro con
competencia para hacer sus reclamos. El día de las elecciones los
perdedores no presentaron objeciones en ninguna de las mesas y es raro
que las publiquen actas cuando dijeron que no tenían porque no
presentaron testigos de mesa. ¿Cuántas y quien se las hizo llegar, o como
sugieren expertos que las examinaron, que muchas son forjadas?
Yo para decir esto solo dependo de entrar a Venezuela por las redes y
constatar todas versiones. Creo en los que se apoyan en sus leyes y no en
los que ponen cara de serio o hacen acusaciones personales. Se pudiera
constatar por la página de su Consejo Nacional Electoral, pero hasta este
momento esa página no funciona por la cantidad de ataques cibernéticos
que recibe. No es la única agencia allí sufriendo este problema. A eso se
suma los ataques al sistema eléctrico.

Pretenden imponer una realidad mediante sabotaje a
las instituciones y luego el engaño a los que se informan por las redes.
Lo mismo ocurrió con el conflicto de Rusia y Ucrania, que es de su propia
hechura. Se utilizan las redes como vía de difamación de sus enemigos y
así también ocurre con China sobre quien se dice casi cualquier cosa con
impunidad. El secreto de sus éxito reside en la escasa oportunidad que
tienen los adversarios en presentar su punto de vista y la facilidad con que se instala en la opinión pública la mentira. Luego restringir, perseguir y
suprimir a los que piensan y opinan distinto bajo cualquier pretexto.

Hay que utilizar los medios a nuestro alcance para mitigar ese daño de
propaganda. Es penoso ver líderes políticos progresistas o de izquierda
que reculan ante la confrontación con esos discursos traídos por pelos con
imágenes trucadas apoyadas en reportajes en otras publicaciones de
encargo y sin fundamento.

Ahí está Tele-sur, R-T, C-G-T-N y mientras dure Telegram. Localmente
podemos depender de Claridad, El Boletín y el Post Antillano. Pero existen esfuerzos
de otros grupos que necesitan respaldo de todos los que sabemos que es
necesaria esa otra cara de la moneda y devolver cada golpe.