22 diciembre 2023
Por José Escoda

En homenaje a Alex Saab, palestino venezolano, agente de la revolución bolivariana, que los yankis liberaron hace par de días.
Gracias al Movimiento Ñin Negrón por organizar esta actividad y doblemente agradecido por permitirme comunicar esta reflexión con ustedes hoy. El Corsario Cofresí navegaba con una bandera de Puerto Rico para el 1825, esto lo atestigua el militar yanki que lo buscaba. Luego en 1868 tenemos en Lares más de una bandera, la más reconocida es la que se basaba en la bandera dominicana. Una menos conocida fue la bandera imperial española impuesta a Puerto Rico en 1873, de poca duración e impacto.
En 1895 se oficializa lo que hoy día es Nuestra bandera. En la reunión constituyente de la
Sección Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano, el 22 de diciembre, en el Chimney Hall de Nueva York, con 59 asistentes, se aprobó oficialmente nuestra insignia como la
conocemos. ¿Pero a quién se le ocurrió primero? Pues ahí todavía hay debates: Terreforte,
Pachín Marín o Vélez Maldonado, tal vez a los tres. Al respecto, hay una famosa foto de Martí y parte del liderato cubano en Jamaica con dos banderas de fondo, y por el modo como se reproducen los colores en fotos en blanco y negro, se puede asegurar que son las banderas de Cuba y Puerto Rico. Y esta foto es de 1892. O sea: una cosa es que la bandera se oficializó en Nueva York en 1895, pero el emblema data de 1892 ¿o antes? Durante el debate de adoptar la insignia, Betances escribió algo como: necesitamos la independencia, luego determinamos cuál es el símbolo que representa la criatura.
Dicen quienes saben -y no he podido corroborar-, que Betances participó mediante una carta desde París y al parecer usó la palabra francesa “drapeau” [drapú], o bandera, pero que esa palabra también puede traducir como “paño” o “trapo” . . . De ahí se ha repetido que Betances dijo que cualquier trapo funcionaría de bandera, pero cuando se tiene en cuenta el contexto, no parece así. Y es que una bandera de lucha nunca es solo un trapo . . . En noviembre de 2023 en una vigilia Pro Palestina frente al capitolio, un compa se trepó al asta de la bandera yanki y le pegó la bandera palestina. Habían decenas de compas de Palestina, y cuando se izó su bandera gracias a este héroe de nuestra lucha; mientras sus familias eran masacradas, ellos y ellas tenían al menos un símbolo de su lucha, una esperanza de vida desplegado al aire, y sus caras mostraron un tipo de alegría y traslado añorado bien difícil de describir. No es casualidad que la bandera de Palestina sea similar a la de Jordania y la de Arabia Saharaui, pues parten de la lucha de la Rebelión Árabe de 1916. Parten de la misma lucha antimperialista, por el derecho de los pueblos a su existencia. Y ese drapú significa su familia aquí con ellos, la desplazada de Palestina y la masacrada en Gaza, significa sus luchas, sus sueños, sus tristezas y sus alegrías. Significa su esperanza por su independencia. Significa que vale la pena vivir porque mañana debe ser mejor.
Y en Puerto Rico, más allá de las conjeturas de su origen original originario, se sabe que en 1897 Águila Blanca la enarboló en resistencia armada contra el imperio español en Yauco y luego en 1898 contra la invasión yanki. En 1932 una demostración estudiantil que commemoraba el aniversario de José de Diego asiste al capitolio a protestar un proyecto de ley que convertiría la bandera puertorriqueña en un símbolo del colonialismo, para ser izada junto a la bandera norteamericana. Proyectos similares se habían presentado antes. El capitolio estaba aún sin terminar y los pasamanos cedieron ante la presión del gentío. Varias personas cayeron y Manuel Rafael Suárez Díaz murió más tarde y fue sepultado con honores como el primer mártir del Nacionalismo. Recordar: fue en 1932, 20 años antes del ELA, y ya estaban acomodando una nueva colonia. Pero 18 años después, en 1950, en los arrestos tras el 30 de octubre, tenerla te llevaba a la cárcel. Era considerada revolucionaria. La insistencia imperial de imponer ese símbolo ¿lo entendían como necesario para apaciguar a la gente? Eso son otras conjeturas.
Lo que sí podemos afirmar es que las banderas de las naciones se bautizan con la lucha que las ostenta. No es la tela, no es el creador, ni siquiera es la oficialización de la misma la que instituye la bandera de un pueblo: nuestra bandera se ha legitimado porque Águila Blanca y su gente la levantaron. Se legitimó con decenas de boricuas como Pachín Marín en la manigua cubana luchando y muriendo por ambas banderas. Y con la muerte de Suárez Díaz; con el nacionalismo contra la represión imperial y la Ley de la Mordaza, luego en Octubre de 1950 en San Juan y Jayuya; con la familia de Ñin Negrón en Naranjito; con el ataque de 1954 al Congreso, cuando Lolita la enarbola, se confirma como nuestro símbolo.
Con las marchas independentistas y encabezadas por el independentismo de los 1960s y 70s, se reafirma nuestro símbolo. Luego se sigue ratificando cuando en 1977 boricuas la despliegan en la frente de la Estatua de Libertad en yankilandia. Tan símbolo boricua es que en la lucha por sacar la Marina yanki de Vieques, durante unas maniobras militares británicas en Escocia, un grupo de independentistas escoceses la amarraron a un tubo de unos 50 pies y con la bandera boricua evitaron que aterrizaran helicópteros militares ingleses para sus pruebas de control imperial. No solo se usa para celebrar los logros en deportes, ciencias, educación, no solo en el Desfile en Nueva York, si no también debemos recordar que cuando a los anexionistas le dio por colocar banderas de EUA en las calles, en respuesta, sin alboroto, pero notablemente, el y la boricua de a pie reaccionó – reaccionamos- usando la bandera boricua en casas, carros y hasta en la ropa. Tanto así: ¿tras María, qué bandera llevaban nuestros carros y los camiones llevando comida, cuál bandera estaba izada en las ruinas y en las casas bajo reconstrucción? Cuando los terremotos del 2020 en el suroeste, habían cientos de vehículos llevando comida y artículos a la zona, el gobierno dijo que no era necesario, pero insistimos y le pusimos a los carros la bandera de Puerto Rico como insignia. Esta jornada y las luchas contra el desastre de Quiebra, Junta y desbarajuste del país, confirmó una variante de la bandera en blanco y negro, pero es de nuestra bandera con un acento en la lucha.
Los y las boricuas nos identificamos con nuestra bandera, punto. El y la boricua se siente representada por ella. Lo que pudo haber causado cárcel, se recuperó – parcialmente, igual que todo en la colonia- como símbolo nacional. Y ha sido la lucha independentista quien le ha otorgado a todo nuestro pueblo este símbolo, y debemos celebrarlo. Conmemoramos los sacrificios por ella, festejamos los triunfos con ella.
Y está muy bien que el pueblo de todas clases la tenga como su bandera, la tengamos como nuestro drapú, y que le cantemos de muchos modos, pero le toca al independentismo luchar e insistir en que, como dice la canción: Más bonita se viera, más bonita se viera, si los yankis no la tuvieran.
¡Viva nuestra bandera boricua!
¡Viva la bandera palestina!
¡Viva Puerto Rico Libre y Socialista!
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