Pedro Albizu Campos

Por Movimiento Ñin Negrón

Lucha, Esperanza y Liberación

“…dónde estaríamos nosotros, adonde estarían todas las organizaciones clandestinas y públicas de Puerto Rico, en esta noche de Aguada, si no hubiéramos tenido la inmensa fortuna de tener a ese regalo, a ese lujo de la historia, que fue Pedro Albizu Campos? (Aplausos.) Y adonde estaríamos todos nosotros si esa voluntad revolucionaria patriótica de Albizu Campos no hubiera llevado la lucha por la independencia de Puerto Rico a salto de pértiga desde Jayuya a Wáshington, cuando ante el asombro del mundo entero, cuando el mundo entero estaba postrado ante el monopolio atómico de Estados Unidos, Europa en ruinas, la Unión Soviética con veinte millones de cadáveres producidos por el ataque nazi, África postrada todavía sin despertar, América Latina de rodillas, Puerto Rico da el campanazo, el salto de pértiga albizuista y se comete la inmensa, histórica y gloriosa falta de respeto de entrarle a tiros al imperialismo yanqui desde Jayuya hasta Washington”.

Juan Antonio Corretjer

Don Pedro Albizu Campos es y será el referente fundamental de nuestra nación en lucha por enfrentar y acabar con la ocupación ilegal que impone un régimen colonial en nuestra nación desde el 1898. Se ofrendó a luchar y esa lucha se distinguió por ser directa, constante y revolucionaria.  Su fin la Independencia.  Nada de medias tintas.  Pero su ejemplo de lucha era y es alba en las historia de los pueblos de Nuestra América, por ello dijo El Che: 

“Albizu Campos es un símbolo del aún no libre pero indomable Latino América. Años y años de prisión, presiones casi insoportables en la cárcel, tortura mental, aislamiento, separación forzada de su pueblo y su familia, la insolencia de los invasores y sus cómplices lacayos en la tierra en que nació, más nada quebró su conciencia, su voluntad”.

Dedicó su vida a crear las condiciones que levantarán el espíritu y la conciencia del pueblo borincano para enfrentar al imperio estadounidense, haciendo cierta la palabra, de que en esta lucha hay que ofrecer “vida y hacienda”, por la libertad.

Albizu viajó por diferentes países latinoamericanos fomentando, promoviendo, reclamado la solidaridad de las hermanas naciones de Nuestra América, con la lucha y por la independencia de Puerto Rico. Tenía claro Albizu que nuestra liberación nacional, caminaba lado a lado con la liberación de nuestra América.   Enfatizaba en sus comparecencias a lo largo y ancho del archipiélago nacional la violencia del régimen colonial y nuestra capacidad como nación de enfrentar y derrotar y superar la colonia. 

Contraponía al discurso desdeñador colonial, el orgullo y fortaleza del boricua. Por ejemplo Albizu denuncia: “los planes sistemáticos empleados por los yanquis para destruir la nacionalidad puertorriqueña. La implantación de un sistema de instrucción pública imponiendo el idioma inglés como único vehículo de enseñanza y la condición del castellano a la condición de lengua extranjera en su propia tierra.” 

Su lucha y defensa de la nación boricua abarcaba todas las dimensiones de la nación.  Iluminaba al pueblo al describir la agenda de supeditación económica que era inherente al régimen colonial.  Denunciaba Albizu: “los planes para destruir la industria puertorriqueña implantando el cabotaje libre entre Puerto Rico y Estados Unidos e imponiéndonos sus aranceles para someternos al mercado norteamericano, mientras se niega toda protección a la industria nativa y se hostilizaba por todos los medios fiscales y administrativos. Se consigue la destrucción del comercio puertorriqueño extranjero (no yanqui) con los mismos métodos. Como se ha ido destruyendo al terrateniente puertorriqueño en igual forma, creándose los enormes latifundios yanquis, imponiéndonos una especialización de producción; azúcar, tabaco y café obligándonos a depender para la subsistencia del mercado yanqui. Desapareciendo de este modo durante los primeros años de la ocupación yanqui 52,000 terratenientes y aumentando la clase proletaria a medio millón de almas.”

Claramente nos describe los esenciales mecanismos de despojo, de extracción de la riqueza y del proceso de supeditar la economía de Nuestra nación a la estadounidense y abogaba que para poder revertir y crear una economía que beneficiara a nuestro pueblo era fundamental tener los poderes políticos para manejar la economía que solo nos puede dar la Independencia Nacional

Albizu era también un defensor de los trabajadores y trabajadoras boricuas.  Acusaba a los capitalistas estadounidenses de la explotación criminal a nuestra clase obrera: “Se han aprovechado de nuestra densidad de población, la más alta en este continente para imponer jornales de sesenta centavos o a los más de un dólar en las centrales, que tienen sus propias tiendas que vuelven a recoger el poco dinero que lanzan al mercado. Mientras tanto, el comercio de Estados Unidos nos impone sus peores mercancías al precio más alto en virtud del monopolio de que dispone por la exclusión de toda competencia, exclusión establecida por el arancel.”  Su visión económica se erigía sobre la justicia salarial y la defensa de los emprendimientos nacionales boricuas defendiéndolos de la injerencia y competencia desleal de los invasores negociantes.

Ante las condiciones económicas desatadas en nuestra nación invadida, que se recrudecieron con la crisis global de la recesión del 1929, el boricua, luchó, resistió y se organizó y florecieron múltiples huelgas y en una de las principales, la de la caña, los trabajadores y trabajadoras boricuas, sabían que solo un líder como Don Pedro, salvaguardaría sus intereses  y así lo llamaron,  y el respaldó y lideró a a estos trabajadores, sabían traicionados por las uniones, y la llevó a un resonante triunfo.

En un vibrante discurso Albizu manifestaba que:

 “…todo azucarero en Puerto Rico es enemigo de la independencia de Puerto Rico. Todo azucarero de Puerto Rico es enemigo de la libertad de su hijo es enemigo de la libertad de su hija. Todo azucarero en Puerto Rico profana la memoria de sus antepasados. ¿Por qué? Por dos pesos en cada saco de azúcar. Yo le diría a los azucareros que si eso es lo que valen y lo que buscan, la República les dará cuatro pesos en cada saco de azúcar y los fusilara después por haber estado unidos por el dinero ignominiosamente, por la ambición del becerro de oro, trayendo miserias y esclavitud.” (Pedro Albizu Campos, La conciencia nacional puertorriqueña, introducción y recopilación de Maldonado Denis).

Bajo la brillante dirección de este insigne boricua, la lucha contra el colonialismo estadounidense y su represión consagró eventos trascendentales que reafirmaron a la nación boricua y enviaban el mensaje claro que la Independencia Nacional ese derecho irrenunciable e inalienable de nuestro pueblo sería exigido y luchado hasta concretarse.  Bajo el liderato de Albizu Campos, nuestro pueblo implemento acciones, contrario a la propaganda diseminada para tacharnos de cobardes, valientes ante un poderoso enemigo. Veamos algunas:

            a) El ajusticiamiento de Francis Riggs, el 23 de febrero de 1936: Parte del plan estadounidenses para descarrilar la lucha por la independencia incluía el asesinato de Albizu.  Como parte sistemática de la violencia represiva contra el independentismo, la policía de la colonia dirigida por Francis Riggs, general que fue parte del grupo que asesinó a otro hermano revolucionario, Cesar Augusto Sandino en Nicaragua, perpetró la Masacre de Río Piedras, donde 4 nacionalistas fueron asesinados.  En respuesta a esta agresión, dos jóvenes héroes de la libertad, respondiendo al llamado de Albizu, ajusticiaron a Riggs, Hiram Rosado y Elías Beauchamp, quienes fueron arrestados y asesinados en el cuartel de la policía.  Así de crasa es la violencia del imperio y la colonia. Ante la tumba de los héroes puertorriqueños pronunciará Albizu Campos uno de sus más memorables discursos:

“Ha caído señores un tirano que se llama el Coronel Riggs a quien Dios perdone por los crímenes que cometió en Puerto Rico. […]y estos dos valientes que aquí yacen nos dicen que el juramento en Puerto Rico es válido y está sellado con sangre inmortal.

[…]El valor más permanente en el hombre es el valor. El valor es la suprema virtud del hombre y se cultiva como se cultiva toda virtud y se puede perder como se pierde toda virtud. El valor en el individuo es un supremo bien. De nada vale al hombre estar lleno de sabiduría y de vitalidad física si le falta el valor. De nada vale un pueblo estar lleno de vitalidad, y de sabiduría si le falta el valor. Porque el valor es lo único que permite la transmutación del hombre para fines superiores. El valor es lo que permite al hombre pasearse firme y serenamente sobre las sombras de la muerte y cuando el hombre pasa serena y tranquilamente sobre las sombras de la muerte, entonces es que el hombre entra en la inmortalidad.

Para entrar en la inmortalidad hay una sola entrada: la puerta del valor que conduce al sacrificio por una suprema causa. Hay que sacrificarse por la independencia de la patria.”

B) La Insurrección Nacionalista del 1950:  Uno de los episodios esenciales, fundamentales, y gloriosos en la militante historia de resistencia puertorriqueña.

Mujeres y hombres que se alzaron indoblegables e indomables el 30 de Octubre de 1950 a lo largo y ancho de la nación boricua.  Hasta el 11 de noviembre, valientemente y ante un poderío militar muy superior, los nacionalistas, resistieron, enviando un mensaje claro al mundo de que Puerto Rico era una colonia y que no cejaba en luchar por su independencia.  Y llevaron el mensaje hasta Washington DC, cuando armados del amor revolucionario que llevaron como escudo de dignidad, Oscar Collazo y Griselio Torresola Roura, enfrentando el máximo sacrificio por su patria, por su pueblo, al atacar al dictador imperial Harry S. Truman. Griselio dio su vida por Puerto Rico. Ese día Oscar Collazo, fue gravemente herido y luego enfrentó estoicamente y con dignidad, más de 25 años de cárcel por sus acciones revolucionarias.

c) El ataque al congreso de los Estados Unidos en el 1954:    El 1ro. de marzo de 1954 un comando boricua liderado por Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Andrés Figueroa Cordero, Irving Flores, viajaron sin boleto de regreso, una misión que algunos podrían considerar suicida, entrándole a tiros al Congreso de los EUA.  Su único propósito, denunciar la mentira perpetrada por el régimen estadounidense, su farsa de gobierno propio y la fachada colonial llamado estado libre asociado. Tuvieron éxito, desde ese momento el mundo conoció la mentira del Estado Libre Asociado y su acción detuvo cualquier intento de anexarnos en el futuro. Es necesario puntualizar que desde 1812, cuando los ingleses le quemaron la Casa Blanca, nadie había podido tocar a los poderosos estadounidenses en su propia casa, ni los alemanes, japoneses, italianos, ninguno. Sin embargo, en 1954, cuatro boricuas le contaron otra historia al mundo, llegaron hasta el mismo centro de su poder, y les abrieron los ojos a ellos y al mundo.

Pedro Albizu Campos tenía claro que la única manera de poder liberar a nuestro pueblo era la Independencia.  Fue insobornable y resistió todo ataque, tortura, vejamen del imperio.  Nunca claudicó y siempre llamó a constituir la República de Puerto Rico porque remachaba continuamente que esta raza gloriosa boricua, tenía la capacidad, la sabiduría de construir una nación libre, digna y justa para todas y todos. 

Así que este próximo 12 de septiembre cuando conmemoramos nuevamente su nacimiento, sigamos aprendiendo de la historia y reafirmemos el compromiso de lucha y liberación y revolución que nos legó Albizu, invoquemos su energía revolucionaria y caminemos militantes a liberar a Puerto Rico. 


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