Son tiempos de guerra

Por Reynaldo Morales

Como no me fue bien en la política local me regresé al plano internacional. No fue fácil aceptar que no obtuve ni un solo respaldo a la propuesta de presentar una resolución para proclamar la independencia de Puerto Rico en nuestra asamblea legislativa. No me dieron ni un “like” de esos de Facebook. Es que son tiempos de guerra como lo dijera el desorientado presidente Biden. En medio de esta crisis inflacionaria, energética y de alimentos, se presenta también la guerra. Tratemos de ver por dónde van los hechos que son los que mejor hablan de por dónde van las cosas.  

Desde el 24 de febrero del corriente se inicia una operación especial por Rusia para desnazificar y desmilitarizar a Ucrania y convertirla en un país neutral, aunque no ya por las buenas. Como lo reconociera recientemente Jens Stoltenberg, que la NATO venía preparándose para este momento hacía más de 8 años. Eso deja claro que los rusos no actuaron sin provocación, pero también de la Rand Corporation se reveló un informe que fue dado conocer en el 2019 que lo detalla y hasta daba la explicación de los motivos para esta provocación, como bien lo analizara el politólogo argentino Atilio Borón. De modo que, y así lo mencione anteriormente, a Rusia no le quedó más remedio que hacer uso de la fuerza para defender las repúblicas gemelas del Donbas; República Popular de Luhansk y la República Popular de Donetsk. Esto dio margen a que se impusieran toda una serie de medidas, premeditadas y planeadas, por parte de la NATO y la Unión Europea a instancias, claro está, de Estados Unidos y el Reino Unido para castigar a Rusia por algo que ellos provocaron. Ya desde 2014 se fue gestando esta confrontación, pero al parecer no todo resultó ser como lo planearon.  

Algunos de ustedes recordarán que poco antes de que Biden ganara las elecciones, le dio el visto bueno al segundo tubo de gas de Rusia conocido como el Nordstream 2. Luego fue de lo primero que Biden solicitó a Alemania que tenía que renunciar al tubo y a todo el gas ruso. El nuevo primer ministro alemán trago gordo y no contradijo al amo norteamericano cuando se le preguntó. El gran crecimiento económico de Alemania desde la ruptura de la Unión Soviética a expensas de las nuevas repúblicas del este de Europa y su acceso a los recursos y el mercado asiático tocó a su fin con el flamante primer ministro Olaf Scholz. De ser la primera economía europea volverá a ser la misma Alemania derrotada en la segunda guerra por los gringos una vez más. Todo un gran desarrollo industrial gracias al acceso al gas y el petróleo barato ruso. Pero con 120 bases norteamericanas en su suelo, Alemania como Japón, es la gran colonia europea de los gringos.

La conquista del neoliberalismo en Europa de casi todas las sillas presidenciales, ya gracias al miedo a la ultraderecha o a la ultraizquierda, ya sea populista o socialista, ha dado margen a la formación de una Comunidad Europea neoliberal y a un expansionismo de la NATO que los trajo a esta orilla, que como dice el bolero, “que Dios a ti también te señaló.” En este caso fue más bien Putin que avisó que no cruzaran su línea ROJA. Los muchachos de la Nato pensaron que era el juego de la pajita y lo demás es Ucrania esfumándose en el Donbas. Al día de hoy la NATO y el gobierno de Ucrania propagan la consigna de que para el invierno ya habrían derrotado a Rusia. Por su parte Putin ha dicho dos cosas importantes en la Duma sobre este y otros temas relacionados a la operación especial. Primero que Rusia no ha declarado la guerra y está dispuesta hoy mismo a negociar la paz, pero si insisten en continuar entonces más tarde será más difícil la negociación. En boricua les expresó que si iban a luchar hasta el último ucraniano que metieran mano que ellos no habían ni siquiera comenzado. Segundo, dijo que ante las expresiones de que era preciso derrotar a Rusia antes de que llegara el invierno que esas mismas expresiones fueron hechas por Bonaparte y Hitler. Por eso añadió que “la historia no era maestra y no enseñaba nada, sino que era una supervisora y castiga a quien mal aprende su lección”.

Por su parte la Unión Europea, que muchos pensaron no era tan belicoso como los vaqueros gringos, se destaparon como los mismos imperialistas del siglo 19, y sus deseos de repartirse el mundo otra vez. Quizás por eso ellos, junto a los norteamericanos, creen que conforman la llamada “comunidad internacional». Los otros 140 países conforman otra cosa tal vez. No pocos países han vuelto a recordar quienes eran estas potencias colonizadoras y cuan asesinos eran, como los 15 millones de africanos que solo el Rey Leopoldo II de Bélgica masacró en el Congo. En su afán de hacer daño a Rusia, para devolverlo a la edad de piedra, se desataron centenares de castigos variados; comerciales, expulsiones, rechazos de sus enviados diplomáticos y robos de bienes tangibles y financieros de Rusia o de rusos en su país o en el extranjero. Bajo el título de sanciones se esgrimieron todo tipo de acciones que iban dirigidas a, primero a disuadir (todo un fracaso), pero luego lo bautizaron como castigo para debilitarlo y así impedir que pudiera volver a atacar a otros países. Bueno, el papel lo aguanta todo. 

A Ucrania, le impusieron un gobierno que se autoproclamó defensor del nazismo y los medios occidentales se resisten a denunciarlo porque ese es el plan. Utilizan lo que más temen los rusos, otro ejército de nazis, pero a la misma vez acusan a los rusos de cometer crímenes de nazis.  Ese pretexto hizo de Ucrania y su cómico presidente las víctimas que necesitaban de todo el sacrificio de los pueblos de la comunidad europea y los que forman la NATO, para que apoyaran estas medidas que iban a acabar con Rusia y por ende con la guerra. A casi cuatro meses Rusia sigue consiguiendo sus objetivos y Ucrania es un barril sin fondo de dinero y armas. Todo lo que se discute por lo bajo es que no se puede seguir dándole dinero a corruptos con un país quebrado y ni armas a un ejército a borde de la derrota.

Mientras tanto vemos hechos a los que tampoco se le da importancia en las últimas semanas. Que el primer bocón del Reino Unido renunció. En Italia Draghi renunció. En Bulgaria y Estonia también renunciaron los primeros ministros. A Macron tampoco le va muy bien sin la mayoría parlamentaria. En España a Sánchez no le costó más remedio que hacerles caso a los jóvenes incómodos de Podemos. Se alzan los trabajadores agrícolas en Holanda y se riega la protesta por Alemania, Italia, Polonia, Reino Unido y España. Se les acabó el perfume a las mal llamadas sanciones.

Del otro lado, el Sur Global busca consolidar sus lazos de cooperación y de intercambio. En esos momentos de rechazo norteamericano y europeo a los recursos energéticos, se aprovechan muchos, como Brasil, China e India, de los buenos precios del gas y el petróleo ruso. Se conforman y se amplían las organizaciones como el BRICS+ y la Organización para la Cooperación de Shanghái. Los corredores de intercambio asiáticos, así como sus mercados que experimentan una gran bonanza económica. Los países latinoamericanos miran hacia ese horizonte y Estados Unidos se horroriza. Ya Nicolás Maduro es presidente y no está mal aparentemente. Mientras en los Estados no tan Unidos los demócratas se dan por vencidos en las elecciones de noviembre. Solo tratan de salvar cara y Biden, que sabe que su país no necesita de petróleo extranjero, les pide a sus muchachos de las petroleras que no jodan más con la especulación y el alza de los precios de la gasolina. Claro no lo dice como es, que esas gasolineras chantajean a su país y si no la pagan a esos precios, entonces la venden donde si se generó escasez por limitar esos mercados a no recibir petróleo ni de Venezuela, ni de Irán y ni de Rusia, sino de ellos, pero no tienen suficiente. De ahí que ahora Italia y España puedan negociar con Venezuela y Macron le exija que permitan a Irán hacer negocios con Europa. Sus pueblos se la van a cobrar a estos bribones, en un momento no muy lejano, por todas estas barbaridades y desmanes contra los que ellos llaman los “hackeables”. 

Bueno hasta aquí esta crónica del capitalismo financiero occidental versus el Sur Global. De ahí surgirá el nuevo orden mundial. Albergo la esperanza de que Puerto Rico ya no sea una colonia para cuando ese momento llegue. Por ahora necesitamos independentistas que exijan que se proclame la independencia desde la legislatura. Solo necesitamos, que los mismos que hablan tanta paja de las asambleas de estatus o proyectos congresionales auspiciados por norteamericanos con apellidos latinos, se atrevan a exigir, apoyarla y presentarla. En esa categoría puede haber legisladores de las tres opciones de estatus y el 19 de julio es un buen día para presentarla. Hay que aprovechar las circunstancias porque estamos en tiempos de guerra donde todo se vale. Patria digna, libre y socialista. ¡Viviremos y venceremos!


Descubre más desde Movimiento Ñin Negrón

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario