Por Reynaldo Morales

El título del artículo no sería más que una verdad de Perogrullo si no viviésemos en la colonia. Pero entre los independentistas abunda la tesis de que aquí existe un sector político que plantea anexar el imperio norteamericano. Al que se ría le podemos recordar que ya habíamos tiroteado el congreso en alguna ocasión. Sí, yo sé que eso es enredar las cosas.

Debemos recordar que el Derecho Internacional Público (DIP) proscribe, prohíbe, sanciona, no reconoce y declara ilegal la acción de anexar un territorio ocupado por la fuerza. No obstante, aquí se trata de una colonia, que no goza de reconocimiento como estado en el DIP y es probable que estemos ante un hecho sin precedentes y por lo tanto exentos de esa prohibición. Digo eso porque no se conoce que exista esa prohibición para las colonias y eso da margen al pensamiento absurdo. Claro, es ahí que debemos recordar que esa prohibición no existe porque el derecho no sanciona el absurdo. Es decir, que sería absurdo que algo así ocurriese en realidad.

A mi juicio, el problema con este asunto es el mal uso de ciertos conceptos y las implicaciones que tiene para la lucha independentista. Llamar por su nombre las cosas contribuye a manejar mejor nuestras relaciones al comunicarnos unos con otros. Lo primero sería decir que en Puerto Rico no hay anexionistas. Aquí hay puertorriqueños que aspiran a la integración de Puerto Rico con Estados Unidos como un estado de pleno derecho en la federación. Eso no debe llevar a nadie a jalarse los pelos. Sino recordarles que en derecho internacional se llama integración y que se puede hablar de eso una vez seamos independientes.

Por otro lado, en Puerto Rico tampoco hay separatistas. El separatismo existe allí donde un grupo que vive en una parte integral del territorio de un estado soberano quiere separarse. Eso fue lo que reclamaron los estados del sur norteamericano en la guerra civil, también lo que exigen algunos californianos y algunos tejanos. Recientemente, se registró un precedente en el DIP cuando se le reconoce a Kosovo el derecho a la declaración unilateral de separación mediante secesión sin consentimiento del estado de Serbia. Para que existan separatistas debe haber secesionistas y no se debe tratar de un territorio colonial sino de una parte integral del territorio nacional.

Serían pueblos coloniales aquellos territorios separados geográficamente y distintos étnica o culturalmente del país que los administrara por vía de la ocupación militar. Es decir, que los invasores no llegaron presentando un pasaporte o una visa. Por eso aquí si hay independentistas. Eso son los que le recuerdan al invasor como llegaron aquí y porque se deben ir.

También nuestra condición de colonia hace que sea poco práctico que aquí se estudie y se debate con frecuencia el DIP, a pesar de lo importante que resulta ser en nuestra situación. De ahí, las deformaciones que sufren los conceptos básicos necesarios para entender porque somos colonia y peor aún, ayudar a otros a entenderlo en nuestra patria. Pero no estamos tarde y si miramos a nuestro alrededor veremos ejemplos que nos deben ayudar a superar el colonialismo. Me refiero a la Republica de Barbados, justo al sureste caribeño nuestro. ¡Que Viva la República de Barbados!

Debemos educarnos y educar sobre el tema del colonialismo. Ampliar el conocimiento sobre qué es una colonia y de no tratar el asunto de forma maniquea; como colonizados versus no colonizados. Cualquier puertorriqueño, por “anexionista” que le parezca, es otro que sufre el colonialismo. Lo mismo ocurre con los mal llamados autonomistas “colonialistas”. Lo segundo es tratar de superar los límites sobre el tema del colonizado más allá del cuadro socio psicológico de Franz Fanón y Albert Memi porque eso nos lleva a señalar al otro y no a vernos dentro del problema. Sabemos que existe colonialismo en lo político y en lo económico. Son esas las áreas que resultan más convenientes para señalar el problema fuera de ese oscuro subsuelo de la sociología y la psicología.

Aquí sería conveniente puntualizar, porque es que precisamente la mayoría de los puertorriqueños piensan que no estamos equipados para la independencia, lo cual es cierto. La contestación es que esa es una de las pruebas de porque somos colonias. Es central para las potencias coloniales lograr crear ese efecto en la población y en la realidad. Eso se manifiesta en esa típica expresión de que “es que aquí no tenemos tal o cual cosa”. A lo que hay que contestar que por eso mismo es que debemos dejar de ser colonia, porque limitan nuestros recursos, las opciones y hasta el conocimiento.

Como personas, si vamos a comprar nos gusta tener distintas opciones para beneficiarnos de las mejores ofertas y como pueblo no debe ser distinto. Aquí sabemos cuánto nos sobra si vamos a comprar un litro de leche con $5.00, porque no somos tarados. Por lo tanto, deberíamos tener acceso al mercado mundial. Veamos el caso de las medicinas. Dentro de la economía americana tenemos restricciones de compra y no podemos aprovecharnos de los precios de la medicina en el mercado mundial. La famosa FDA sirve para proteger el mercado a las farmacéuticas norteamericanas y por eso los gringos tienen la medicina más cara del mundo. No solo la puedes comprar si fuéramos independientes, sino que la puedes conseguir más barata porque fuera de sus fronteras se venden a precios competitivos. Sí, la misma medicina. Eso sería posible porque al día siguiente de ser independientes empiezan a llegar a Puerto Rico delegaciones de empresarios y representantes de otras naciones buscando establecer acuerdos de todo tipo para intercambios. Yo les recuerdo lo que pasó en Cuba cuando Obama trató de restablecer las relaciones con ese país. Hasta de aquí mismo salieron aviones con empresarios buscando oportunidades. Está en nosotros tener el mejor cuerpo de representantes con capacidad para negociar y conseguir acuerdos ventajosos.

Otro asunto es las llamadas transferencias federales y la moneda. Porque el sector más vulnerable es el que depende más de esas transferencias FEDERALES. Dos mitos que se deben romper. El primero es que nadie puede vivir tan solo de los cheques del PAN así como tampoco del seguro social, que en promedio en P.R., no pasa de los $600.00. Una gran cantidad de puertorriqueños tiene que trabajar para completar esos ingresos sin hablar del estado de ilegalidad a que esa circunstancia les empuja. En muchos casos, viven aglomerados para poder vivir bajo un mismo techo más de una familia. Así que la independencia no les va a añadir más miserias ni a quitarle los medios de vida. Por el contrario, para eso mismo es que se necesita la independencia para poner sobre sus pies a quienes hoy más necesitan. Eso se hace generando una riqueza nuestra y protegiendo a nuestros hermanos en estado de vulnerabilidad mediante legislación social.

Sobre el segundo mito, el de la moneda, debo decir que aquí sí hay mucha manipulación y fantasía para no decir mentiras. Debo empezar por decir que es en dinero que se mide la riqueza y que esta procede de un solo lugar y ese es el trabajo. La moneda es lo que se utiliza para diferenciar cómo se mide en dinero la riqueza, ya sea en euro, dólar o libra esterlina por mencionar algunas. ¿Qué hace al dólar tan importante? Bueno, que los norteamericanos lo lograron imponer como la moneda de preferencia en el intercambio mundial después de la segunda guerra mundial. Ese es un hecho que está en entredicho hoy en día. Si llegara la independencia nada les gustaría más a los norteamericanos que nosotros utilizáramos su moneda para hacer nuestro intercambio. Esto sería algo que estaríamos obligados a hacer por buen tiempo porque nuestra economía ya está dolarizada. Así que tranquilos, que ellos no se los van a llevar y nosotros no vamos a devolverlos por sucios que sean.

Este año deberíamos ir con una sola ponencia ante el comité de los 24, que sea bien estudiada y despojada de conceptos mal manejados y que nos unan a los distintos sectores. Porque ya sea desde cualquiera de las diferentes etiquetas de preferencia, deberíamos saber que es desde la independencia que se pueden válidamente reclamar esas opciones con el visto bueno de los foros internacionales. Ya sea que, después de ser independientes, soliciten un tratado de libre asociación o la integración, que sepan los puertorriqueños que no volverían a ser colonia si ellos no los complaciera. Quedamos