“Me hago responsable de todo. Ante Dios y el mundo mi sangre clama por la independencia de Puerto Rico. Mi vida doy por la libertad de mi Patria».
Nota en la cartera de Lolita Lebrón que usó en el ataque al Congreso
Por Movimiento Ñin Negrón

El 1ro. de marzo de de 1954, un comando de soldados puertorriqueños Irving Flores, Rafael Cancel Miranda, Andrés Figueroa Cordero y Lolita Lebrón, entraron al Capitolio de la nación estadounidense. Los Estados Unidos acababa de maquinar e imponer una mentira legal-jurídico, el Estado Libre Asociado, la colonia disfrazada. Ese día los Estados Unidos sintió la resistencia revolucionaria del pueblo puertorriqueño en lucha, encarnado por los Nacionalistas.
Ese 1ro. de marzo, “Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irvin Flores y Andrés Figueroa entraron con pistolas a la sala del capitolio de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en Washington DC y comenzaron a disparar. Treinta tiros dispararon y cinco congresistas fueron heridos”. [1]
Esta acción de auto defensa ordenada por Don Pedro Albizu Campos, tenía como metas principales señalar:
- Que ante la ola de represión, persecución y violencia política desatada por los Estados Unidos por medio de la administración colonial, la lucha por la independencia nacional en general y del Partido Nacionalista en específico, seguía viva y coleando;
- Que los Estados Unidos continuaba ejerciendo un régimen colonial en Puerto Rico, que era una farsa y una mentira que nuestra nación había cesado de ser una colonia. Que el Estado Libre Asociado era la continuación de la colonia;
- Llamar la atención internacional a la situación colonial de Puerto Rico como elocuentemente lo expresa Juan Antonio Corretjer: “.El acto de propaganda armada tiene por suprema característica llamar la atención de la manera más dramática, de la manera más espectacular, hacia un problema político específico. Y en la historia de todo el continente, con toda la pléyade de héroes que conocemos, cuyos nombres están a flor de nuestros labios porque están en nuestro corazón; lo que Rafael Cancel Miranda, Lolita Lebrón, Irvin Flores y Andrés Figueroa Cordero llevaron a cabo en el Congreso de Estados Unidos, no lo hizo Hitler, no lo hizo Mussolini, no lo hizo Hirohito y no lo ha hecho el más arrojado grande de los revolucionarios de América Latina vivo que es Fidel Castro Ruz.”;
- La barbaridad de las imposiciones violentas y represivas del imperio y aquí volvemos a citar a Corretjer; “Y para castigar, para llamar la atención al mundo sobre esa barbaridad imperialista y colonialista de Estados Unidos, de imponer su Servicio Militar Obligatorio, su cuota de sangre humana como tributo a los puertorriqueños, que los compañeros fueron a la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Y llamaron la atención del mundo como jamás ningún otro equipo de propaganda armada en la historia del continente, del hemisferio occidental haya logrado hacerlo. ”
- Y como expresó Don Pedro era un aviso: “a los Estados Unidos…que el deber los obliga a respetar la independencia de todas las naciones; a respetar la independencia de Puerto Rico, y que los puertorriqueños harán respetar ese derecho sagrado de la Patria”.
La valentía y arrojo de Lolita y sus compañeros, envió el claro mensaje de que la lucha por el fin de la colonia y el imperio de los Estados Unidos en Puerto Rico nunca claudicaría. Los cuatro asumieron en perseverancia y tenacidad las consecuencias de la represión judicial del imperio, estuvieron encarcelados por 25 años en las mazmorras del imperio. Enfrentaron y resistieron con su indoblegable espíritu e inmenso amor a su pueblo y a su nación, toda clase de torturas, de vejaciones, de terrorismo de estado.
Una jornada mundial y nacional por su excarcelación, nació y ejerció la presión política internacional necesaria para lograr que estos prisioneros políticos fueran excarcelados con indultos incondicionales y pudieran regresar y ser recibidos en su Patria como héroes y heroína nacionales. Y durante esa campaña de excarcelación, de liberación de los Nacionalistas, se pulieron nuevos cuadros, y luchadores por la Independencia Nacional de Puerto Rico, en todas sus vertientes y formas.
La acción inspiradora de la valentía de los nacionalistas de gritarle al mundo en la casa del trompo que somos una nación y que no le teníamos miedo, inspira a quienes seguimos y levantamos la bandera de la libertad e independencia nacional de Puerto Rico, el fin de la colonia.
La historia de gallardía y de desprendimiento de los cuatro nacionalistas, Lolita Lebrón, Andrés Figueroa Cordero, Irving Flores y Rafael Cancel Miranda, que ofrendaron su vida para dejar claro que el colonialismo y su violencia eran inaceptables, que la lucha de este pueblo seguiría hasta alcanzar su independencia. Esta acción tiene que ser atesorada, celebrada y asumida como una inspiración en todas y todos los boricuas que aspiramos a levantar una nación sobre los pilares de la justicia, de la dignidad, de la libertad para Puerto Rico.
[1] (Ruiz Marrero, 2016)
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