Hay alternativa al neoliberalismo

Por Reynaldo Morales

Para llegar al título de este artículo, voy a tratar de resumir parte de lo que un economista estadounidense presento en una entrevista para el grupo Positive Penger, el 27 de mayo de 2021. En esta charla aborda el problema de la “financiarizacion” (para traducir de algún modo “financialization”) de la economía. El Prof. Michael Hudson que es un veterano de Wall Street, profesor distinguido de economía en la Universidad de Missouri en Kansas City (UMKC)y autor de una larga lista de libros. Algunos títulos recientes J is for Junk Economics (2017), Killing the Host (2015), The Bubble and Beyond (2012), Super-Imperialism: The Economic Strategy of American Empire (1968 & 2003). Michael Hudson actúa como asesor económico de gobiernos de todo el mundo, incluidos Islandia, Letonia y China, en materia de derecho financiero y fiscal. Es nuestro autor quien mejor describe este fenómeno del dominio del sector financiero sobre la economía y quien propone alternativas al rentismo capitalista. Es Profesor en las Universidades Chinas de Pekín y Hong Kong además de consultor del gobierno chino.

¿Bueno, se preguntará usted que tiene que ver el grillo con la manteca? ¿O qué relación hay entre neoliberalismo y la financiarización de la economía? Pues andan cogidos de la mano. El neoliberalismo es una respuesta al gran fracaso del liberalismo en los años 30, con la gran depresión económica. Ese resurgimiento de la exaltación del individualismo principalmente impulsada por la escuela de Chicago en lo económico por Milton Friedman, el afamado economista autor del libro Free to Choose, y una de las figuras emblemáticas de esta escuela. Desde Reagan y Thatcher, esta propuesta ha dominado la economía con el llamado consenso de Washington.

El neoliberalismo aspira a lograr la mayor separación del gobierno en los asuntos del mercado y de abstenerse de intervenir. Según esta escuela fue un error asumir tantas funciones reguladoras por parte del gobierno de Roosevelt. Para el neoliberal estos controles y el rol protagónico de crear empleos, asumir servicios públicos, crear subsidios a desempleados, asistir a los que no tenían retiro con un seguro social, etc., son medidas que socaban las bases del libre mercado y trastocan los balances reguladores naturales del este sistema. Claro, la diferencia entre la escuela clásica de la economía versus la neoliberal es sustancial.

Para Hudson, los economistas clásicos se opondrían a la economía que se enseña hoy en día y es por eso mismo que tampoco la enseñan hoy en los currículos universitarios.  Según Hudson los economistas clásicos buscaban liberar el mercado de la clase propietaria de la tierra, de los monopolios naturales y las rentas financieras. Todas esas rentas solo tienden divorciar el precio del valor real de producción. Los clásicos aspiraban a deshacerse de todo lo que no contribuía al proceso productivo. En pocas palabras, el mercado libre de Adam Smith y Stuart Mill era un mercado libre de rentas económicas que permitiera “alinear los precios con el costo-valor real”. Hudson explica que para los clásicos “El alquiler es el exceso de precio por encima del valor, y debía minimizarse, a fin de que las economías estuvieran libres de intereses y del poder de la clase terrateniente –en la época de Smith, era la principal clase de rentistas– y también de la clase financiera(banqueros).” Aquí cabe señalar que los ingresos por rentas se consideraban como ingresos no devengados por ser fruto de una actividad no productiva. Por esa misma razón debía de llevar la carga contributiva y no el sector industrial y trabajador. Hoy sucede lo contrario.

Es vital al neoliberalismo el borrar esa distinción entre ingresos no devengados y devengados. Es lo que permite al capital financiero disfrazarse de ser el protagonista neoliberal. Hoy en día la clase financiera ha sustituido la clase terrateniente a través de los préstamos hipotecarios. En Estados Unidos y en Europa, los préstamos hipotecarios constituyen un 80 por ciento del negocio bancario según el Profesor Hudson. Ya se han convertido en los dueños de la tierra y de otros recursos naturales estratégicos. Pero el capital financiero no se detiene ahí, también entra en la lucha y el control del poder político. 

En materia política este poderoso sector busca controlar al Estado y “planificar” la economía.  Buscan obligar al Estado a vender sus empresas públicas, transportes, planes de pensiones, la salud y privatizar la educación, la salud y otros servicios sociales básicos. Esto genera los monopolios y cargos de rentas e intereses financieros ya sea de gestión y/o recompras de acciones que se incorporan al costo de proporcionar estas necesidades básicas. Esta práctica aumenta dramáticamente el costo de la economía porque eleva los costos de los alquileres y añade intereses y cargos financieros pagados al sector de finanzas, seguros y bienes raíces.  La actividad desregulada y privilegiada de este sector (FIRE en inglés para Finance, Insurance and Real State) termina por contraer la economía y por ende su capacidad para pagar las deudas. Que para mayor cinismo también se hace llamar economía postindustrial.

Sus políticas se pueden ver claramente en Puerto Rico a través de los famosos “planes de ajuste fiscal” de la Junta de Supervisión creada por el Congreso norteamericano. La famosa ley Promesa que nos salvaría de la catástrofe económica. Es falso que esa ley vaya a estimular la economía o que vaya a crear más empleos y proteger las arcas del gobierno colonial. Para muestra un botón, y me remito al caso de la Autoridad de Energía Eléctrica, que eliminó empleos y no redujo los costos energéticos. Además, en materia de corrupción es un robo lo que nos cuesta esa ley, para no hablar de todas las otras pocas vergüenzas que bajo sus narices se han cometido o las han auspiciado.

Para profesor Hudson, esta vieja clase rentista (capital financiero) es eminentemente parasitaria por cuanto termina por destruir su huésped. Según Hudson, Marx pensaba que el capitalismo industrial triunfaría frente al sector feudal rentista y usurero porque veía el paso arrollador de crecimiento del capital industrial y la transformación política con el dominio del liberalismo a mediados del siglo 19.  Por otro lado, también señala el Profesor Hudson, en otro escrito titulado Beyond Dollar Creditocracy: A Geoplitical Economy, by Radhika Desai and Michael Hudson, July 2021, que Marx había apuntado a un problema concomitante al sector financiero y es su naturaleza ficticia, capital ficticio le llamó. Su problema radica en una contradicción interna del capitalismo (como tantas otras que también señala Marx) que utiliza el dinero como mercancía. El dinero, nos dice Hudson es una institución antigua de carácter social público que al capitalismo le “urge privatizar, controlar y mercadear”.

El problema, según Hudson, es que Marx advertía que la moneda no tiene un precio natural porque no tiene un valor de costo de producción real.  En síntesis, se puede decir que el capital financiero es capital ficticio porque utiliza una mercancía ficticia. Esto a su vez, es su talón de Aquiles porque como toda mercancía sufre cambios en su precio según la oferta o demanda lo que lleva en consecuencia a desencadenar en crisis económicas cuando el precio de esta anda a la baja y así lo vemos en las llamadas burbujas financieras.

La alternativa al neoliberalismo financiero (que a eso se reduce como ideología) es el socialismo. Específicamente, se debe asignar al dinero su carácter social público. Esto quiere decir que se elimine el uso del dinero como mercancía; la banca sea pública y el gobierno imprima la moneda. Esto se corresponde con la quinta medida recomendada por aquel folleto de Carlos Marx y Federico Engels titulado El Manifiesto del Partido Comunista, “Centralización del crédito en manos del Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y monopolio exclusivo.” Claro, el Profesor Hudson solo sugiere que se adopte como medida inicial, pero para los neoliberales eso sería interferir con el libre mercado donde solo los bancos pueden crear crédito. Analizar la conducta de esta banca neoliberal y lo que han hecho con el crédito desde los 80 hasta el presente es todo un catalogo de delitos de cuello blanco que goza de total impunidad en los últimos 20 años.

Según el profesor Hudson el modelo que más se asemeja esta recomendación es el de China; “China ha mantenido la banca en el dominio público a través del Banco Popular de China. Puede decidir para qué crear crédito, y está creando crédito en gran medida para construir más fábricas, para construir infraestructura para la iniciativa de la Franja y la Ruta, para minimizar el gasto militar tanto como sea posible y simplemente para aumentar la eficiencia económica, para proporcionar educación libremente y proporcionar atención médica. Y no para convertir el trabajo en una mercancía, no para hacer de la atención de la salud una mercancía sino un derecho público, no para hacer del dinero una mercancía sino como una utilidad pública.”.

Hablando de como China logro alcanzar su gran desarrollo en un reciente discurso de celebración del centenario del partido comunista chino, el presidente Xi Jinping manifestó los siguiente “Ningún país debe poner su propio camino en el pedestal como la única manera». Nadie que tenga ojos, y acceso al internet, puede negar la extraordinaria hazaña de desarrollo económico de China y que al mismo tiempo reclame haber sacado de la pobreza a 800 millones de sus habitantes en los últimos 30 años. En todos los indicadores de desarrollo económico China excede a los más desarrollados.

Hay que abrir los ojos al mundo que va más allá de los Estados Unidos. En Puerto Rico, nuestro camino es la independencia para crear nuestro propio destino y a nuestra manera. ¡Patria libre y socialista; Viviremos y Venceremos!


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