El líder de la manufactura

Por Reynaldo Morales

El Partido Comunista Chino no ha parado de lograr metas asombrosas cada año. Recientemente, en el Diario del Pueblo (People’s

Portafolio - Sociedad y Cultura: 1.7 EL GIGANTE DESPIERTA. CHINA:  MODERNIZACIÓN, CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO, ECONÓMICO Y POLITÍCO EN EL SIGLO XX

Daily), bajo la pluma de Ding Yiting, aparece un reportaje sobre logros en energías limpias. Me parece que no somos totalmente conscientes en la colonia de cuanto ocurre en el mundo y en particular sobre áreas estratégicas en la economía. Cuando digo estratégicas me refiero a que son indispensables para otros logros con fines económicos y que puede verse como la zapata de una construcción.

Destaca el periodista que China ha logrado alcanzar otros hitos en materia de energías limpias, específicamente, en el renglón de energía eólica. En el 2005 paso de ser 1 millón de Kilovatios a 100 millones en el 2014 y de ahí se catapulto a 281.millones de kilovatios en el 2020. La capacidad de este total de turbinas es de 466.5 billones de kilowatts hora, y para ver cuán significativo es este número, eso es igual a 4 veces la energía de la Hidroeléctrica de Tres Gargantas, la más grande del mundo y que está precisamente en China. Además, esa inversión, que llegó a necesitar de hasta 2 yuanes por kilovatios, no requiere subsidios hoy en día y el precio es más barato que el producido por las de carbón. El combinado de producción de energía limpia producida en China por hidroeléctrica, fotovoltaica y eólica es de 63 por ciento, ósea, 2 terceras partes. Y de paso, todo esto refutando las tesis de que esa energía es mucho más cara.

China no hace este logro posible para aumentar sus ganancias o riquezas exclusivamente, sino como parte de un esfuerzo para lograr metas compatibles con las del cambio climático. Esa meta que tiene fijado alcanzar 1.2 billones de kilovatios para el 2030 y desde ahí empiece a reducir la dependencia de combustibles fósiles hasta lograr la neutralidad en el 2060.  Eso es el resultado de una planificación científico-filosófica del socialismo y no hecha por banqueros capitalistas ni sus Juntas Fiscales.  De las grandes economías del mundo solo China creció un 2.3 por ciento para US $15.7 billones (trillions) de producto interno bruto (GDP) en el año de la pandemia mundial.

Si unimos este hito al de erradicación de la pobreza extrema mediante un esfuerzo igualmente planificado veremos un logro que solo puede ser concebido por sistema económico orientado por políticas éticas tanto en lo económico como en lo social y ese es el socialismo. Como bien apuntan los responsables de ese logro en el Partido Comunista, es hacer que el mercado trabaje para la sociedad y no la sociedad para el mercado. No se trata de la mano invisible sino de la mano visible del gobierno que no es pasiva sino proactiva.

Debemos recordar que China ha sido por los pasados 11 años el líder en la industria de manufactura y que equivale al 30 por ciento de la de producción total del mundo. Con metas a largo plazo en áreas de alta tecnología como la producción de vehículos impulsados por electricidad, comunicaciones y la de circuitos integrados. Los avances en la industria del acero son igualmente sorprendentes logrando producir las láminas de acero más finas y que pueden ser quebradas como el papel con las manos y representan, por ejemplo, un adelanto en la construcción de baterías.

Es por eso por lo que China es una amenaza para el gobierno norteamericano y de ahí toda la propaganda negativa en los medios sobre China para justificar todo tipo de ataques contra su gobierno. Pero tienen un pequeño inconveniente, el mercado para vender productos a China es cada vez mayor, pues el poder adquisitivo de los chinos crece cada año y las empresas norteamericanas dependen cada vez más para sus ventas en lo agrícola y en lo tecnológico de los compradores chinos. Para las mayorías en China, su gobierno es el mayor baluarte y atacar a su institución más querida es anatema y las empresas norteamericanas, que lo saben, no desean verse asociadas a esas políticas que puedan afectar sus ventas.

Desde luego, todavía Puerto Rico no logra quitarse las vendas de los ojos y sigue hundido en el coloniaje económico, mediático y político al que está atado hace más de un siglo. No podremos desarrollar empresas estratégicas dentro del colonialismo, pues, precisamente esa es la ventaja del imperio para mantener su hegemonía. Si seguimos tragando mentiras, provenientes de los que de alguna forma derriban sus posiciones de ventajas de esta desigualdad, nos van a mantener como colonia otro siglo. Precisamos de no solo un enfoque alternativo en lo local como si fuese monotemático, sino que también lo necesitamos en lo mundial. Tener como meta la independencia es indispensable para lograr tener posibilidad de desarrollo sostenible y estratégico mirando el de los modelos exitosos.  El desarrollo humano es vital para alcanzar esas metas y ahí es que el empobrecimiento y la marginalización de las grandes mayorías es un arma del colonialismo porque hacia allá nos van encaminando. No basta con reconocerlo también lo denunciamos. Patria Nueva y Socialista.


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