Por: José M. Escoda

Las «primarias presidenciales» en Puerto Rico, no son primarias, son un manejo del PNP y grupos cómplices de ir convirtiendo el ELA en un cuasi-estado, son un show de «mírame cuan yanki soy», no son un ejercicio de poder político.

A pesar de esa clara intención, personas que no son estadistas abogan por participar en esas primarias. Los tres argumentos más frecuentes son más o menos:

Contención 1: Participar de las primarias rompe el insularismo y debemos participar de las luchas del pueblo de EEUUAA.

Comentario: Esa justificación solo se sostiene desde la ignorancia de que en EEUUAA hay decenas de grupos, partidos y movimientos populares que están intentando romper el dominio bi-partidista en EEUUAA; participar de esas primarias es apoyar el yugo sobre el pueblo yanki, no colaborar con ese pueblo.

Contención 2: Las primarias son imperfectas, pero sirven para trabajar desde adentro de los partidos para mejorarlos.

Comentario: Desde el 1930 infinidad de grupos trabajadores y de avance de los derechos del pueblo negro, pueblos originarios, trabajadorxs y de mujeres y otros de EEUUAA han dicho eso y el resultado es que los grupos se han diluido y los partidos se los han tragado. Esas son maquinarias de intereses multibillonarios que tienen la capacidad de preparar plataformas donde a todo el mundo le toca una oración, pero que a la hora de actuar, el Partido D y el Partido R, se funden en el Partido $$$. Ahí está el récord de guerras, asesinatos y de como la riqueza se acumula en pocas manos mientras cientos de miles de SUS familias trabajadoras están sin techo viviendo en la calle. Eso de «mejorar desde adentro» suena lindo pero eso es igual a hacer una primaria para escoger el color de las gomas de un carro que no se mueve porque le falla el motor; no importa el color de goma que gane en la primaria el carro va a seguir dañao.

Contención 3: Si no participamos, sale el candidato más malo.

Comentario: Primero, ya antes insistimos que en esas primarias no corren opciones del pueblo, corren coartadas de la elite. En la papeleta de la primaria no existen opciones buenas, van de malas a peores. Entonces: ¿escoger el «menos peor»? Si en verdad crees en eso, creo no hay forma de convencerte de lo contrario. Pero si esa es la meta de TU vida, escoger lo menos malo, tal vez tus valores ameritan una revisión. ¿Le dirías a tu hija, tu nieto, a ti mismo / ti misma: tú no te mereces lo mejor ni siquiera lo bueno, en tu vida debes aspirar a lo menos malo? Piénsalo bien.

Aceptar y promover lo menos malo es parte de la receta que nos trajo al desastre que vivimos hoy con la deuda, la junta, almacenes con comida y materiales escondidos cuando la gente ha perdido su compra y su techo, una gobernadora que no sabe decir la verdad, una legislatura que declara sobrios a sus borrachos, municipios que construyen canchas que nunca se usan, etc.

Participar de unas primarias de un país que no es el tuyo, de un partido que no es el tuyo, y pa colmo para escoger de los peores el menos malo . . . es ser cómplice de este desastre y a la vez colaborar a perpetuar el desastre en ese otro país.

¡Lucha con tu gente para arreglar las cosas de tu casa, tu municipio, tu país, tu planeta y lucha por lo mejor!

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