La mentira de la constitución

“…Los puertorriqueños votaron en un referéndum que aprobó la creación de una “constitución, que tenía que ser aprobada por el Congreso de los EEUU.  En el 1952, el congreso estadounidense devolvió la constitución emendada a los puertorriqueños.  Cuando los boricua aprobaron los cambios hechos en Washington, ellos certificaron lo que el Congreso había enfatizado: como lo expresó el Comité de Asuntos Insulares y del Interior de la Cámara a los puertorriqueños en marzo 3 del 1952” es fundamental entender que la ley S 3336 (la que permite a los boricuas escribir y aprobar una constitución), claramente que esta ley no cambia la relación política, económica y social de Puerto Rico con lo EEUU.” Si Puerto Rico, era una colonia antes de la aprobación de la ley que aprobaba el gobierno propio y esa ley no cambio nada fundamental del estatus de la isla, entonces Puerto Rico seguía siendo una colonia en julio del 1952…”

Crusing the Caribbean pag.280-281, de Ronald Fernandez

La constitución que existe  en Puerto Rico, es una ley  de Estados Unidos,  que redactó y utilizó  para no rendir cuentas a la comunidad internacional sobre las violaciones de los derechos humanos y al crimen  de lesa humanidad cometidos en Puerto Rico, al perpetuarse el régimen colonial. Esto con la anuencia del PPD y los anexionistas de aquel tiempo.  No existe una Constitución. La constitución es la ley suprema de un país pero en Puerto Rico  la llamada constitución es una ley estadounidense, ratificada por ellos y que puede ser cambiada de un plumazo por ellos.   Por ello esta ley no pude y nunca podrá enmarcar la visión y la construcción,  de una nación boricua que debe estar fundamentada en la defensa y protección de la dignidad humana de todos los puertorriqueños.

Una nación donde se garantice, entre otros, salud, educación, vivienda, alimentación, trabajo digno, cultura, para todos.  Esto solo se puede lograr, escribiendo una  verdadera Constitución,  desde la Independencia Nacional.  ¿Por qué?  Es la Independencia, la que nos garantiza, en reconocimiento por la comunidad internacional, tener los poderes políticos-económicos para decidir las medidas para crear y decidir prioridades sociales-económicas, culturales que nos lleven a alcanzar las metas de justicia y dignidad para todo el pueblo.

¿Cómo lo podemos hacer? Organizándonos,  barrio a barrio para impulsar la independencia y discutir en comunidad la visión de ese país que queremos y aspiramos y al que tenemos derecho y responsabilidad de construir.  Hay que denunciar procesos que quieren maquillar la mal llamada constitución. Hay que exigir y señalar que la soberanía solo se puede ejercer desde la independencia y que esta es la que nos permitiría  crear una verdadera constitución.  Hay  que exigir que el proceso de descolonización de Puerto Rico, se dé bajo la supervisión de la comunidad internacional siguiendo la Resolución 1514 (XV).

Hay que exigir que se llame a una Asamblea Constituyente de la República de Puerto Rico donde se establezcan los principios y la visión del país que queremos.  Esta asamblea constituyente tiene que ser organizada por el pueblo y fuera del marco del régimen colonial.  Queremos una verdadera constitución de y para todos los puertorriqueños.  Hacia eso enfoquemos nuestros esfuerzos.

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3 comentarios en “La mentira de la constitución

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