Por: Carlos R. Alicea Negrón

Eduardo Galeano: “La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”.

Luego de que el anuncio de la Producción del Musical Hamilton que movería fuera del teatro de la Universidad de Puerto Rico al Centro de Bellas Artes, se ha desatado una vorágine de comentarios en un debate donde se pretende culpar a la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) de la decisión de la producción del musical de no celebrar la misma en la Universidad.

Hay preguntas que emergen de este proceso y que parecen perderse en el debate. Por ejemplo, se sabe que los compañeros y compañeras de la HEEND se reunieron con la producción de Hamilton y le aseguraron que no habría manifestación contra la obra. Pongamos esto en perspectiva, es seguro inferir que la representación de la HEEND, le explicó detalladamente la naturaleza de los reclamos y de la lucha de esta organización en defensa de los trabajadores y de la Universidad de Puerto Rico.

Pero aún, así la Producción de Hamilton, a pesar de lo que le aseguró la HEEND, deciden como quiera mover la obra, encajando con la campaña de demonización de la HEEND, que encaja muy bien con la campaña de demonización de los trabajadores, buscando que acepten pasivamente la violencia del sistema económico ejercida desde el estado, la empresa privada y las instituciones del aparato federal en nuestra nación. ¿Tendrá esto que ver con la postura que asumieron Lin Manuel y su padre de Apoyar PROMESA? ¿No será esa su ideología?

Y pregunto, ¿porque no asumir una postura solidaria y afirmar que ahora que entendían la lucha de la HEEND y veían la agenda de destrucción y ataque a la UPR, decidían mover la obra fuera del Teatro en solidaridad con los justos reclamos de los trabajadores y trabajadoras de la Universidad?

Pero no, se montan en el carro de la seguridad, de la caridad, y entonces se prestan a la campaña de demonización de la lucha en defensa de la Universidad, de la que la lucha  la HEEND es parte. Y digo de la caridad porque se quiere proyectar a la Obra Hamilton y a sus productores como los “salvadores de la Universidad”. Obviando, minimizando la larga historia de lucha y resistencia de los trabajadores, de las trabajadoras y los estudiantes en la UPR.

Desde el punto de vista de la descolonización de nuestra nación este musical es una obra que glorifica y legítima la figura e intenta sanear  uno de los llamados Padres Fundadores de los Estados Unidos, que creía en la jerarquía de las clases adineradas y aristocráticas y que legitimaba con sus acciones la esclavitud.  Es una obra que sirve de propaganda enajenadora al tratar de borrar los hechos históricos y las figuras de los fundadores de la nación estadounidense basada en una jerarquía de clases y de razas; que son los pilares ideológicos que legitiman y sobre los que se construyen el régimen colonial que hoy enfrentamos.

En el artículo de Paul Street en Counterpunch: Time to Stop Playing “Simon Says” with James Madison and Alexander Hamilton (Momento de parar de jugar Simón dice con James Madison y Alexander Hamilton), encontramos la siguiente cita de Hamilton: ““The idea of an actual representation of all classes of people by persons of each class,” Hamilton wrote, “is altogether visionary.” The “weight and superior acquirements of the merchants render them more equal” than the “other classes,” Hamilton proclaimed.” La idea de representación de todas las clases con personas de esas clases es visionaria. Ahora, el peso y sus capacidades mentales, conocimientos, de los mercaderes los hacen  más iguales que las otras clases…”

Así que este señor creía en una jerarquía de los seres humanos y claro cuando se refiere a los mercaderes y propietarios son blancos anglosajones

Ishamael Reed en su artículo en Counterpunch: “Hamilton: the Musical:” Black Actors Dress Up like Slave Traders and It’s Not Halloween, El Musical Hamilton: Actores negros disfrazados de esclavistas más no es Halloween.

Reed escribe: “La vida histórica de Alexander Hamilton ha sido estregada y lavada con ajax, hasta hacerla  brillar, creando una noción de que era abolicionista y alguien que se oponía a la esclavitud. No es cierto. El autor del libro Alexander Hamilton, Ron Chernow, acepta aunque a regañadientes, que Hamilton y su esposa, eran dueños de dos esclavos en su casa y que negociaron la compra y venta de esclavos en representación de los suegros de Alexander Hamilton. “

Estos son dos ejemplos de las acciones de un “House Nigger”, haciéndole el trabajo a la propaganda hegemónica estadounidense, limpiando la historia de esclavitud y opresión clasista de los EEUU, que ha montado su nación precisamente en la jerarquía blanca y en la glorificación del rico, la aristocracia esclavista que exterminó, persiguió y oprimió y lo sigue haciendo a los grupos sociales, no blancos y pobres. Esto es lo que defiende la obra musical Hamilton.

Respaldar Hamilton en la colonia, es apoyar una burda tergiversación de la historia estadunidense que es una de las herramientas más eficazmente utilizadas para imponer y legitimar la opresión colonial e imperial en nuestra nación.  Por lo tanto la postura de la producción de Hamilton de ponerse de lado de la administración universitaria que defiende el desmantelamiento de la UPR y de las políticas neoliberales que azotan la nación no debe sorprendernos. Esa es su ideología. Por eso respaldaron PROMEDA y por eso su modelo de apoyo no es de solidaridad es de caridad.

Lo que sorprende es que compañeras y compañeros independentistas se tiren de pecho a defender a la Producción de Hamilton utilizando y encajando su defensa con el discurso de demonizar la legítima lucha de los trabajadores y trabajadores de la nuestra Universidad.

A la verdad que la colonia es una cosa mala…

1. https://www.counterpunch.org/2018/07/13/time-to-stop-playing-simon-says-with-james-madison-and-alexander-hamilton/
2. https://www.counterpunch.org/2015/08/21/hamilton-the-musical-black-actors-dress-up-like-slave-tradersand-its-not-halloween/