Discurso de Pedro Albizu Campos ante tumba de Carlos Rosado y Elías Beuchamp – 23 de febrero de 1936
Señores:
El valor más permanente en el hombre es el valor. El valor es la suprema virtud del
hombre y se cultiva como se cultiva toda virtud y se puede perder como se pierde toda virtud. El valor en el individuo es su supremo bien. De nada vale al hombre estar lleno de sabiduría y de vitalidad física si le falta el valor. Ese es el supremo bien del individuo y de la nación. Porque el valor es lo único que permite la transmutación del hombre para fines superiores. El valor es lo que permite al hombre pasearse firme y serenamente sobre las sombras de la muerte y cuando el hombre pasa tranquilamente sobre las sombras de la muerte, entonces es que el hombre entra en la inmortalidad… Aquí traemos, señores cenizas preciosa, cenizas preciosas de héroes auténticos. Traemos cenizas que dicen de la inmortalidad de Puerto Rico, de la eternidad de Puerto Rico. Traemos cenizas de héroes gloriosos y valientes. Y se decía, señores, que había muerto el valor en la patria; y cuando se decía que había muerto el valor en la patria se sentenciaba a la patria a la muerte de la esclavitud: pero, señores, ha habido un mentis a aquella frase de que el puertorriqueño colectivamente tomado, era cobarde. Eso es una leyenda que un liderato podrido trajo a la patria para justificar su tráfico con la vida de su patria. Nuestro pueblo es valeroso, nuestro pueblo es un pueblo heroico…
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