Por: Movimiento Ñin Negrón
La Junta De Control Fiscal es un ejemplo más de la gestión colonial-imperial de los Estados Unidos en Puerto Rico desde el 1898. Es la última manifestación de la colonia. No nos confundamos: éramos colonia antes de la JCF y somos colonia después de la JCF. No existe “grado de democracia”;” ni grado de gobierno propio.” Sí una institución foránea puede arrebatarte de un plumazo, con una decisión judicial “el grado de gobierno propio” o bloquear las acciones de “ese gobierno propio”, este no es más que un espejismo para disfrazar la colonia.
Las acciones de la Junta responden a una ideología económica neoliberal, que podría o no beneficiar a sus miembros. Oponerse al Presidente de la Junta, desvía la atención a las ramas y no a las raíz de sus acciones. La raíz es que el sistema económico de los Estados Unidos es explotador, racista, generador de desigualdad e injusticia y eso guía su política colonial. Pues como eso no es lo que aspiramos como puertorriqueñas y puertorriqueños debemos derrocar ese régimen colonial.
La actual “administración colonial”, sus dirigentes políticos, como lo eran también sus gemelos siameses del PPD, son meros peones para sostener la precaria imagen de un gobierno propio que no existe en realidad. Su función es seguir siendo los intermediarios para tratar de tapar y crear la confusión de que las políticas de despojo y perpetuación de la pobreza de nuestra gente no vienen de Washington, es para ocultar que las acciones de represión, persecución y violencia institucional son declaradas y ordenadas desde Washington pero ejercidas y ejecutadas por estos cómplices puertorriqueños.
Ninguno de los dirigentes políticos sean PPD-PNP son defensores de los trabajadores y trabajadoras. Todas y todos estos políticos han participado activamente en la implementación de las políticas de medicina amarga en nuestra nación. Para dar los ejemplos más recientes: esta legislatura, se allanó al primer presupuesto impuesto por la JCF basado en un Plan Fiscal que derrocaba el sistema de pensiones; preveía la privatización de todos los haberes públicos; acepta como legítima una deuda ilegal, inmoral y odiosa porque fue acumulada bajo un régimen colonial; privatizó la educación pública, botando a cerca de 11,000 trabajadores; promueve la eliminación de la universidad pública; pasó la deforma laboral, entre muchas ejemplos más.
Es necesario entonces reenfocar las miras, ir a la raíz, denunciar y señalar las causas fundamentales de los retos que enfrentamos como nación y llevar a cabo en la localidad y en la región los esfuerzos y visiones que arranquen esa raíz. Y es necesario crear e implementar esas visiones en un proceso teniendo siempre como Sur la descolonización e independencia que es la única solución que nos permite la posibilidad de crear una nación construida en la solidaridad, la dignidad, la justicia y en proveer las oportunidades a que todas y todos. Haciendo que los puertorriqueños puedan lograr y alcanzar sus potencialidades como seres humanos contribuyendo al bienestar colectivo y al suyo propio.
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